Una de las evidencias más relevantes que puso de manifiesto el alejamiento a que obligó la pandemia, es la importancia del contacto personal entre los profesionales. Por mucho que se hayan vuelto imprescindibles en muchos aspectos, ninguna reunión virtual puede mejorar los beneficios que aporta una charla de conversación con un compañero, un colega o un cliente.
Precisamente ese es el objetivo de los “Desayunos Legal Tech” que ha puesto en marcha Wolters Kluwer Legal & Regulatory, de la mano de Alejandro Sánchez del Campo, Consejero en innovación y legaltech.
Estos encuentros LegalTech tienen como objetivo permitir a los profesionales del sector compartir experiencias y reflexiones sobre las implicaciones y retos que la digitalización está suponiendo para su trabajo, y conocer las actividades que ya se están virtualizando en los despachos y asesorías jurídicas más avanzadas. Todo ello en un entorno distendido en el que el intercambio de ideas y experiencias prima por encima de otras formalidades al uso.
Dadas las innegables consecuencias que la pandemia ha supuesto para el sector, cuyos múltiples aspectos aun no se han descrito completamente, este primer encuentro se ha dedicado a los retos y oportunidades que suponen la digitalización y la transformación a nivel interno, tanto en despachos como en asesorías jurídicas de empresas.
Para ello se ha contado con la participación de veinte asistentes procedentes de las firmas y empresas más relevantes de nuestro país, en torno a una mesa redonda en la que han sido ponentes Stefano Fratta, EMEA Privacy Policy Director en Facebook y Andy Ramos Gil de la Haza, Counsel en Pérez-Llorca, con la moderación y dinamización de Alejandro Sánchez del Campo.
De Skype al Metaverso
En el comienzo de esta conversación Andy Ramos comenzó recordando que aunque la pandemia supuso un impulso innegable de las comunicaciones virtuales, estas ya venían realizándose, desde luego en menor medida, desde hace más de diez años, a través de herramientas como Skype. Un sistema precursor de los actuales Zoom o Teams.
Pero llegó el confinamiento y con él la necesidad de adoptar unas prácticas de trabajo que en su opinión no suponían una verdadera expresión de teletrabajo sino una necesidad derivada de la situación. Pero el efecto de desgaste sobre los equipos se apreció pronto y por eso, en su firma, procuraron la vuelta a la presencialidad lo antes posible.
Y aunque esta vuelta se realiza con una notable flexibilidad, las reuniones importantes suelen procurar hacerse en persona, por las sinergias y dinámicas positivas que generan.
Coincidió con esta opinión Stefano Fratta, quien añadió que la primera reunión con un cliente o nuevo contacto debe procurar hacerse siempre presencial, porque permite detectar señales o datos muy claros que no es posible extraer a través de una pantalla.
Sin embargo, superada esa fase inicial, ambos expertos añadieron que las reuniones virtuales ofrecen innegables ventajas, en particular en las reuniones de seguimiento de proyectos. Algo que según Fratta se ha hecho especialmente evidente en las relaciones con los órganos administrativos. Unos órganos con los que anteriormente eran imprescindibles las reuniones presenciales, que frecuentemente obligaban a largos desplazamientos, pero que ahora suelen realizarse on line con toda normalidad.
En todo caso, añadió Ramos, a la hora de relacionarse virtualmente es muy necesario tener en cuenta la mentalidad y las circunstancias en que se encuentra nuestro interlocutor, pues en un mundo de relaciones globales, aquellas pueden ser muy variadas.
Por otra parte, este modelo de relación supone también la necesidad de adoptar un modelo de interacción muy rápida y precisa. Es fundamental, subrayó Fretta, la capacidad de transmitir los mensajes esenciales con claridad y rapidez desde el principio, dejando los detalles para una segunda parte de la reunión.
Un cambio que puede ser complicado para los abogados, acostumbrados a largas exposiciones y razonamientos, que no funcionan bien en el entorno virtual, en el que ser claro y contundente resulta fundamental.
Un aspecto, este de las habilidades necesarias para el ejercicio virtual de la abogacía, sobre el que asociaciones profesionales como la ABA norteamericana han puesto énfasis, como recordó Alejandro Sánchez del Campo.
Por otra parte, tanto la deslocalización de sedes, como el trabajo a distancia plantean sus propios retos, pues tradicionalmente los despachos siempre han tendido a la presencialidad. Entre esos retos se pueden identificar desde los fiscales y laborales a los propiamente culturales, tanto de los diferentes entornos sociológicos como de las organizaciones. Para paliar el primero, las diferencias culturales, las organizaciones se orientan a impartir una cultura corporativa que se intenta implantar por encima de las propiamente nacionales.
Aparte del ámbito interno, en el que los despachos de cierto tamaño han adquirido mucho músculo, si no lo tenían ya desde antes de la pandemia, la relación con los clientes en el nuevo contexto también se ha visto muy condicionada. No todos los clientes están a la altura tecnológica de muchas firmas que cuentan con potentes departamentos de IT.
En este sentido, Andy Ramos explicó que, desde Pérez Llorca se sigue la política de adoptar una intensa tecnificación interna, pero no imponérsela a los clientes, adaptándose a sus circunstancias particulares.
En otra línea paralela, se está identificando el dato de que algunos clientes demandan a las firmas de abogados asesoramiento en materia de adopción de tecnología para su actividad. Algo que, a su vez, se está incorporando a la oferta de servicios de las firmas, especialmente de las conocidas como Big Four. Algo que no todas las firmas aceptan, pero que las que lo hacen, suelen trasladar a sus equipos de tecnología, como expertos en esas materias.
Finalmente, Stefano Fratta se refirió a Metaverso, en nuevo desarrollo de Facebook que constituye la gran apuesta de la compañía para los próximos años, hasta el punto que ha supuesto su cambio de nombre, que ahora es Meta. Se trata, explicó, de ofrecer la posibilidad de una experiencia en internet mucho más inmersiva que la actual, de forma que “el mismo tiempo que pasamos en internet lo pasemos de otra manera”.
En el metaverso, un avatar o representación virtual de una persona, podrá actuar y desenvolverse igual que ella. Un nuevo entorno en el que técnicas como la realidad aumentada, en forma de hologramas, abrirá nuevos y sorprendentes desarrollos.