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Álvaro Perea González

Letrado de la Administración de Justicia

La sección del Diario LA LEY, «Diálogos para el Futuro Judicial», nació en lo peor de la vorágine catastrófica y destructiva de marzo y abril de 2020, cuando el coronavirus SARS-CoV-2 nos asolaba con el látigo de su enfermedad y mirar al futuro con esperanza era una acción heroica.

En aquellos días, con el miedo y el pesimismo imponiendo su (des)orden, con el caos y la improvisación normativa y organizativa convertidos en regla general, algunos —no muchos, luego más, luego muchos más…— decidimos romper con la dinámica de desolación y el bloqueo social e institucional causado por el COVID-19 y convenimos en apostar por abrir el debate sobre el futuro de los Juzgados y Tribunales (particularmente castigados con ocasión de la pandemia) a todos los profesionales del Derecho e, incluso más allá, a toda la sociedad española. Wolters Kluwer, en un ejemplo de responsabilidad corporativa, dispuso el foro, Diario LA LEY extendió el mantel, y entre todos —autores, suscriptores, lectores— construimos una sección que hoy, dos años después, con esfuerzo y mucho trabajo, es una vanguardia al servicio de la modernización de la Justicia española, un espacio plural para el diálogo riguroso y constructivo, y al fin, un lugar en el que todos, sin excepciones, podemos conversar sobre cuál es el futuro judicial que queremos.

Toda la actividad judicial, académica, docente…Toda la «actividad jurídica» se encuentra al servicio de la ciudadanía, al servicio del conjunto de mujeres y hombres que con su posición y responsabilidad social salvaguardan bienes y valores que nunca deberíamos dar por supuestos, tal y como evidencia la realidad política más próxima: la democracia, los derechos fundamentales, las libertades públicas… El Estado de Derecho, al fin, y tal y como viene consagrado por el primer precepto de nuestra Constitución, no es una construcción inmune a los hechos de nuestro tiempo. Lo vimos con el coronavirus y lo seguimos comprobando ahora, dos años después, cuando el diálogo sobre el horizonte de la Administración de Justicia es más necesario que nunca. Porque, no podemos olvidarlo, la salud de los órganos judiciales, de la Fiscalía, de la Abogacía, de la Procura, de todos y cada uno de los actores que componen la «Justicia» con mayúsculas es, en último grado, la salud de la democracia, de nuestro modelo de convivencia, de la paz. Sin una «Justicia» fuerte, ágil, poderosa en sus cometidos constitucionales, es imposible hablar de democracia plena. Los jueces, los abogados, los letrados de la administración de justicia, los procuradores…servimos a la sociedad, a todos los ciudadanos. Y en esa función, compleja pero también gratificante, exigimos de medios e instrumentos legislativos eficaces y suficientes. Nada está escrito ni resuelto en el escenario judicial del año 2022. Todo queda por construir. La labor será ardua, pero merece la pena.

Esta sección, «Diálogos para el Futuro Judicial», no tiene un autor individual. Es el resultado —como las obras humanas más bellas— del esmero y la confianza de muchas personas; una creación coral, libre en su pluralidad, solidariamente al servicio de todos y para todos. No obstante lo anterior, y mirando atrás, sí es preciso destacar y agradecer de forma especial a todos los miembros de Wolters Kluwer que creyeron desde el primer segundo en la necesidad de apostar por la pluralidad y el debate leal cuando el ruido y el individualismo corporativo aspiraban a borrar cualquier espacio de diálogo. Igualmente, «Diálogos para el Futuro Judicial», como diálogo permanente y abierto, no existiría sin los profesionales expertos que aceptaron y aceptan compartir su visión de la realidad, sus diagnósticos y sus propuestas de cambio y mejora. Todos ellos (magistrados, abogados, fiscales, graduados sociales…) son el mejor símbolo de esta sección y del espíritu que la vertebra. En último término, tampoco nos olvidamos de los lectores. Cada vez más. Su interés y su seguimiento fiel a la sección alimentan la esperanza de una Justicia más eficaz, más ágil y al servicio, siempre, de su ciudadanía.

A todos los mencionados, gracias.

A todos los que se unirán al camino ya empezado, bienvenidos.

En 2022, seguimos dialogando para poder seguir construyendo.

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