El Diario LA LEY, editado por Wolters Kluwer, llega nada menos que a los 10.000 números publicados. Primero en papel y, más tarde, en versión digital, llegar a esta cifra solo puede significar dos cosas: la calidad de sus contenidos y una utilidad contrastada por todos los actores jurídicos de nuestro país.
Existen ámbitos muy complejos en nuestras sociedades líquidas y aceleradamente cambiantes. Pero es evidente que el sector jurídico, con una actividad legislativa y normativa amplísima –me atrevería a decir que monumental en los últimos años–, es especialmente arduo. Seguir el ritmo de las novedades legislativas, tanto desde la vertiente jurídica como periodística, informar de forma veraz sobre las sentencias más relevantes, ofrecer la doctrina que van generando diariamente nuestros tribunales y, además, aportar análisis desde la opinión diversa por parte de los principales especialistas es algo que no está al alcance de todos.
El Diario LA LEY lo ha conseguido. Durante más de 40 años, desde aquel 1 de octubre de 1980, ha sabido concitar el interés de todos los profesionales jurídicos. Y es raro encontrar a alguno de nosotros que no haya consultado reiteradamente la información que puntualmente nos ofrece.
Siguiendo su vocación de servicio y de innovación, su transformación a medio digital hace ya algún tiempo también supuso una excelente noticia para todos nosotros, porque nos permite acceder a un acervo impresionante que, día a día, el Diario LA LEY construye. Una base de datos jurídica de la que muy pocos en el mundo pueden presumir. Y que es ofrecida al lector de una manera práctica, ágil y extraordinariamente útil. Sin descuidar, además, el ir al fondo del asunto, tanto en la jurisprudencia de los altos tribunales como en la llamada jurisprudencia menor.
No puedo más que alegrarme de que esa apuesta que ya fue innovadora en su momento siga siéndolo y pueda celebrar los 10.000 números, pudiendo mirar al futuro con optimismo, afianzado como el portal de referencia de las y los juristas españoles.
Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo humano que durante estas cuatro décadas han hecho posible una publicación como LA LEY. Por su visión, su esfuerzo, su tesón y su amor por el Derecho.