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Nacido en Xunqueira de Ambía, Orense, en 1928, fue Catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia y de Política Social y Derecho del Trabajo en la Complutense de Madrid. Durante los años del desarrollismo de la segunda mitad del pasado siglo ejerció el cargo de Director General de Promoción Social, período durante el que puso en marcha los Centros de Promoción Profesional y Social, los Programas de Promoción de la Mujer Rural y la implantación de la red de Universidades Laborales. También fue autor de obras imprescindibles, como su Introducción al Derecho del Trabajo, muchas veces reeditada.

Junto con Miguel Rodríguez-Piñero y Luis Enrique de la Villa, fue uno de los pilares del desarrollo del Derecho del Trabajo español, cuyos cimientos había previamente establecido Manuel Alonso Olea.

Pero para los que trabajamos en esta Casa, su figura está ineludiblemente vinculada a la que fue su gran, enorme, obra, la revista Actualidad Laboral.

Gracias al incansable trabajo desplegado por el profesor y su equipo de colaboradores a lo largo de treinta años, entre 1984 y 2014 esta publicación puso a disposición de los profesionales españoles la más amplia recopilación quincenal de jurisprudencia, doctrina y práctica laboral.

En ella, fiel a su principio de que “el Derecho es para la Vida. No la Vida para el Derecho”, su trabajo cultivó con esmero y gran pasión “el Derecho Vivo del Trabajo”.

Es decir, como él mismo explicó, la realización del Derecho, no tanto como obra del Poder político o del legislador, sino como obra del Poder judicial, de los Tribunales de Justicia, como reflejo de la Vida y el Derecho, del “mundo bifronte, complejo del juez, del consultor, del abogado; y de las partes del litigio”.

Los más de cien tomos a que dio lugar la revista, recogen también los más de cuatrocientos artículos publicados por el profesor Borrajo durante ese tiempo. Un compendio de ciencia iuslaboral que solo encontró paralelismo en su revista hermana, Relaciones Laborales, con la que convivió en esta Casa durante toda su vida, en una sana rivalidad académica que las convertía en referentes indispensables para los profesionales de esta disciplina.

Pero consciente de que “no hay mayor virtud social que la tolerancia, ni peor enemigo que la ignorancia”, la actividad del profesor Borrajo no se limitó a este aspecto de su actividad editorial, enorme de por sí.

Casi desde los inicios de la revista puso en marcha los “Desayunos en el (desaparecido hotel) Mindanao” de Madrid, unos encuentros anuales que organizaba con el apoyo en su inseparable secretaria, Gema Meneses. Estos eventos se convirtieron en un inexcusable punto de encuentro anual de magistrados, profesores, abogados y profesionales de la empresa, en los que a la impartición de ponencias magistrales del máximo interés a cargo de profesionales de primer nivel, seguían impagables sesiones de intercambio libre y respetuoso de opiniones y visiones sobre todas las instituciones del Derecho Laboral y, en particular, sobre esos “puntos críticos” de la disciplina, que al maestro tanto le gusta analizar.

Estos Desayunos, cuando se celebraba el Año Santo Compostelano, se convertían en los “Encuentros Xacobeos” y trasladaban su sede a Santiago, donde el profesor Borrajo desplegaba toda su bonhomía gallega en un ejercicio de hospitalidad tan discreto en las formas como suntuoso en el fondo. Algo que permitía durante varios días el encuentro y la confraternización de muchos profesionales que participaban en ellos, en unas sesiones y días de trabajo tan fructíferos como placenteros para unos laboralistas convertidos también en peregrinos.

Sabio de imponente presencia física, gallego ejerciente, exigente pero siempre respetuoso con sus colaboradores, el profesor Borrajo deja con su trabajo una honda y perdurable huella, del que su obra constituirá, con los años, el mejor y más destacado testimonio.

Descanse en Paz.

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