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Rubén M. Mateo.- Una legislación distinta que contemple el retiro como un derecho y no como una obligación. Favorecer el trabajo voluntario por encima de la edad de jubilación. Corregir los excesos que existen en las prejubilaciones. Cambiar la mentalidad y poner en valor a los profesionales senior en las empresas con un gran pacto de país. Estas fueron algunas de las ideas que surgieron este jueves 19 de enero en el encuentro ‘Talento senior en España y en Europa’ (cuya grabación íntegra puedes consultar en este enlace), celebrado en la sede del Colegio de Registradores de España e impulsado por Jubilare, un foro para combatir los prejuicios y estereotipos que acaban discriminando a las personas únicamente por razón de su edad.

Durante la jornada, que fue presentada por Dulce Calvo, directora de RSC del Colegio de Registradores, y moderada por Rafael Puyol, presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), intervinieron el mismo Puyol, y los ponentes Alfonso Jiménez (socio de Exec Avenue) e Iñaki Ortega, Doctor en Economía y profesor de UNIR. En esta se trataron temas como el contexto demográfico, el mercado de trabajo senior y el emprendimiento o las recomendaciones y buenas prácticas de las empresas en España y Europa.

«No tiene sentido que con una esperanza de vida de 86 años para las mujeres y 81 para los hombres haya personas a las que se jubile con 52 años como ocurre en ciertos sectores económicos», aseguró Rafael Puyol. Para contrarrestar esta realidad, el presidente de UNIR pidió un cambio de legislación y también de mentalidad. «Es necesario que lleguemos en este país a una política de consenso entre los grandes actores que intervienen en el mercado laboral. La administración debería contribuir más a la presencia de activos en el mercado de trabajo. Hay que convencer a los sindicatos de que esa afirmación de que los mayores quitan el empleo a los jóvenes no se sostiene con argumentos sólidos. Las empresas deberían dotarse de mecanismo en el ámbito de buenas prácticas y formación para que sus trabajadores pudieran seguir activos», subrayó Puyol.

Asimismo, recomendó la formación de equipos multidisciplinares para que senior y jóvenes aporten lo mejor de sí mismos. «Hay que convencer a los trabajadores que con esperanzas de vida que pronto rebasaran los 90 años, no tiene el más mínimo sentido jubilarles con 30 años de anticipación», defendió.

El ponente hizo un repaso al contexto demográfico en el que se desarrolla el trabajo de los seniors (de 55 a 69 años) en España y Europa. Este se caracteriza por una caída de la natalidad y una presencia de inmigrantes extranjeros cuantiosa, además de darse un proceso de envejecimiento intenso. Los resultados se traducen en una pirámide laboral con una menor presencia de jóvenes desde los 16 y los 29 años, una mayor participación de los inmigrantes, una mayor presencia de las mujeres en comparación con otros estados europeos y un mayor número de senior para completar los huecos que dejan los jóvenes.

Puyol citó algunos obstáculos que dificultan el mantenimiento de la actividad de los seniors. En algunos países sigue presente, por ejemplo, la cultura de las jubilaciones anticipadas. España es uno de ellos. «Existe un cierto edadismo que minusvalora la presencia de los seniors en el mercado de trabajo. Algunos argumentos son, que quitan puestos de trabajo a los jóvenes, tienen sueldos más altos, carecen de formación adecuada y competencias tecnológicas digitales», expuso el presidente de UNIR, para describir la comparativa entre algunos países europeos en el campo del empleo senior.

Por ejemplo, los países con un mejor modelo de trabajo senior son los nórdicos. No tienen malos resultados los países del centro de Europa como Alemania y Francia y es malo en Europa del Este. Tampoco es bueno en los países del sur, donde España presenta los datos más preocupantes. «Tenemos unos de los índices más bajos de crecimiento de la población empleada entre 55 y 69 años. Tenemos la peor tasa de empleo en este grupo de edad», dijo al comparar los datos españoles con otros países del sur como Italia y Portugal.

«No usamos casi nada el tiempo parcial como estrategia de ocupación. En Holanda es del 30%. En España tenemos porcentajes ridículos. Una persona trabaja full time ayer y se jubila y no trabaja nada. Faltan esos espacios que facilitarían ese tránsito de la ocupación a la desocupación razonable. Junto a Italia ostentamos la peor tasa en desocupación senior», expuso. Y algo todavía más preocupante: España se encuentra a la cabeza de países que tienen un desempleo senior de larga duración. En comparativa con los países nórdicos, Suecia, tiene la tasa de actividad de mayores de 55 años en el 65%. La tasa de empleo es del 62%. En España la tasa de actividad es del 47% y la tasa de empleo es del 42%. «En España caben mejoras en el campo senior. Somos un país, al igual que Francia, con una cultura de jubilación temprana», concluyó.

El trabajo autónomo, «una salida al edadismo»

Por su parte, Alfonso Jiménez, socio de Exec Avenue, se centró en el trabajo autónomo y el emprendimiento de los trabajadores senior. Durante su intervención aseguró que son muchas las compañías que tienen la estrategia de sustituir a gente mayor, «supuestamente más cara, más desmotivada y más desfasada en sus competencias», incorporando gente joven supuestamente «más barata, comprometida y mucho más preparada», denunciando así el edadismo que existe en muchas corporaciones.

Uno de los indicadores de ese edadismo y «seguramente el más cruel», señaló, es que la posibilidad de encontrar un trabajo por cuenta ajena para esa persona mayor de 50 años que sale de una primera carrera es menguante. Entre los 50 y 54 años hay cierta probabilidad. No obstante, a partir de los 55 años esa probabilidad tiende a cero. La salida para un trabajador o directivo mayor de 55 años es el trabajo autónomo, expuso Jiménez. En España existen más de 900.000 autónomos cotizantes en el RETA que tienen más de 55 años. Esto supone el 28% del total de trabajo autónomo.

«Desde hace años, los modelos de jubilación son menos generosos y nos permiten cada vez menos tener un nivel de vida parecido al que teníamos por cuenta ajena hasta el momento de la jubilación. Hay una necesidad económica para mantener el nivel de vida y el objetivo también sería no perjudicar el patrimonio. Es un fenómeno europeo. En todos los países europeos, el trabajo autónomo es un refugio» explicó el socio de Exec Avenue, quien destacó como positivo para España que nuestros emprendedores senior generan más empleo que los de los países europeos analizados. «El trabajo autónomo es una salida al edadismo, hay poca información en el mercado y se tiene que construir en base a intuición y muchas veces por ensayo y error» criticó.

La revolución de las canas

Pese a un contexto no del todo favorable, Iñaki Ortega, profesor de UNIR, aseguró que España «es uno de los mejores países del mundo para ser senior». Entre los factores que lo sustentan, una altísima esperanza de vida –la tercera del mundo– y una espléndida calidad de vida. El sector senior cuenta con una situación económica privilegiada en nuestro país. Hay muchos seniors activos: 4 millones. Entre ellos, muchos emprendedores y autónomos. Seis de cada 10 euros de gasto vienen de los seniors. Uno de cada 4 euros del PIB proviene de los seniors. Y son una parte muy importante del censo electoral. También tienen un patrimonio acumulado en forma de vivienda, donde la inmensa mayoría, ocho de cada 10, posee vivienda en propiedad y pagada, expuso el ponente. «Demuestra que es una generación que ha ahorrado, que sigue ahorrando y que es muy solidaria. Cada vez ayudan más los seniors a personas de su entorno. Generan muchos millones de ingresos fiscales. Siguen activos siendo diputados, alcaldes, concejales. Continúan viajando. Estamos ante un lugar magnífico para ser senior, donde además acompañan las estructuras sanitarias», subrayó.

El alto nivel de desempleo, destacó, puede ser una oportunidad para España, y sería necesario aprovechar los márgenes de oportunidad. «Cuesta decirlo, pero hay que decirlo. Trabajamos menos años que los colegas europeos. Se trabaja menos que en el resto de Europa. De cada 100 españoles que podrían trabajar, lo hacen 40 en el tramo de 55 a 69 años. En otras partes de Europa son 60, unos 20 puntos más. Eso explica los márgenes de oportunidad que tenemos», resumió, para hacer una serie de recomendaciones para impulsar el sector senior.

Entre las primeras, un gran pacto de país que rompa con una cultura arraigada durante siglos y revele las bondades de seguir trabajando y alargar la vida laboral. Entre las ventajas, el saneamiento del sistema público, así como un mayor ahorro. «También permite una mejor salud el estar activo, viviendo en sociedad, sintiéndote útil. Es mejor tener más trabajadores que tener menos. Va a haber una mayor tensión en el mercado laboral porque no hay relevo. Tenemos que traer gente de fuera o que los de aquí sigan trabajando», sostuvo Ortega, quien destacó que para las empresas puede ser una gran oportunidad.

«España puede ser la referencia mundial en la economía senior. Las empresas españolas tienen que esmerarse en ofrecer bienes y servicios y tener senior en sus compañías. No pueden disfrutar de las bondades de la longevidad si no tienes senior trabajando. ¿Cómo es posible que entiendas a un nuevo mercado que supone 1 de cada 4 euros si no tienes senior? ¿Qué les ha pasado a algunas entidades? Ha habido un revuelo de clientes senior que han dicho somos mayores, pero no idiotas y nos tienen que atender bien. Si hubieran tenido senior, no hubiese pasado esto», defendió el también ex parlamentario vasco, que aseguró que el «motor económico de los países van a ser las canas, la edad y tenemos la suerte de que en España estamos avanzados».

Asimismo, citó algunas empresas españolas e internacionales que se han percatado de esta realidad y han tomado cartas en el asunto con programas dedicados a los seniors. Las buenas prácticas empresariales, a juicio de Ortega, deben llevar a otras compañías a apoyar esta «revolución de las canas». La visibilidad de los seniors que siguen activos ayudará a que otros sigan activos. Conocer buenas prácticas de las empresas llevará a que otras lo hagan y a dejar prácticas caducas como prejubilar a los senior, destacó el profesor, que reclamó mayor formación y un «sano activismo senior».

Presencia senior en toma de decisiones

Pero, ¿hay senior en los foros de debate? ¿Hay gente mayor implicada en conocer si hay formación para emprender? ¿Existen personas con edad que abanderen la idea de que trabajar más años es positivo? ¿Participan en los foros de debate? Estas son algunas de las preguntas que los ponentes tuvieron que abordar durante el encuentro. «Aunque no hay suficiente presencia en ámbitos de decisión, veo que va aumentado. Las instituciones que hoy se preocupan por ello, crecen. Convendría sumar esfuerzos, porque permitirá avanzar de forma más sustantiva en la toma de conciencia», respondió Rafael Puyol.

Iñaki Ortega sostuvo que existe una divergencia entre lo que son los seniors y la representación que tienen en la toma de decisiones. «En España hay un 26% de diputados senior. No están bien representados porque los seniors en España son del 40%. Habrá un sesgo de los legisladores que no sea en favor de los seniors», expuso el profesor de UNIR, quien en su ponencia ya había mencionado a la Asociación de Profesionales Retirados en Estados Unidos, movimiento con millones de senior y que pacta gran parte de decisiones públicas y privadas que afectan al colectivo.

Por su parte, Alfonso Jiménez trató la cuestión del freno a trabajadores senior por el tema fiscal. Señaló varias incoherencias del sistema para compatibilizar la pensión con el trabajo senior. «Es injusto poner palos en las ruedas a profesionales que están generando otros empleos. Todo lo que tiene que ver con generar ingresos y jubilación activa es algo a tener cuenta en la legislación», resumió.

Puedes accederse a la grabación íntegra del webinar en este enlace.

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