El dato es un bien público a conservar y tratar en aras de una aplicación de servicios y políticas públicas de calidad. Y en esta línea, la Oficina del Dato, unidad encargada de dinamizar la compartición, la gestión y el uso de los datos a lo largo de todos los sectores productivos de la economía y sociedad española, junto con los diferentes representantes ministeriales participantes en el Grupo de Trabajo interministerial del dato, ha hecho público el Manifiesto por una administración orientada al dato.
El Manifiesto persigue identificar los principios sobre los que seguir avanzando para la construcción de una Administración General del Estado orientada al dato, capaz de sacar partido al potencial del dato mediante el uso de medios tecnológicos innovadores, habilitando el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas centradas en el ciudadano y promotoras de una economía en torno al dato que sea sostenible, inclusiva y generadora de valor social.
El Manifiesto (al que le acompaña una infografía resumen del mismo) se articula alrededor de los siguientes principios:
- • Gobernanza efectiva del dato. Una administración orientada al dato precisa abordar un gobierno del dato que defina quién puede tomar qué acciones, con qué datos y cuándo, en qué situaciones, y utilizando qué métodos y que permita maximizar el valor del dato apoyando la estrategia organizacional. Esta maximización pasa por establecer un gobierno del dato corporativo, que evite silos de información hecho que dificulta la eficiencia en el despliegue del valor del dato. Este gobierno corporativo del dato debería plantearse desde un enfoque federado, dejando suficiente grado de autonomía y responsabilidad a los diferentes organismos. La Oficina del Dato se situará como elemento vertebrador, posibilitador y en última instancia, habilitador del intercambio fluido de datos y la interoperabilidad de los sistemas.
- • Tratamiento ético del dato. Una administración orientada al dato deberá realizar un tratamiento ético del gobierno y gestión del dato para contribuir al bien común, minimizando cualquier impacto negativo, otorgando las mismas oportunidades a todo el mundo, velando por los derechos de las personas vulnerables y atendiendo al principio de no discriminación. Antes de implementar decisiones automatizadas que utilicen algoritmos, se deberán evaluar previamente los posibles riesgos para la privacidad, equidad y seguridad, con el fin de minimizar la probabilidad de que se produzcan efectos adversos. Todo proceso de automatización de tareas deberá venir acompañado de metodologías de auditoría, seguimiento y verificación de las ejecuciones.
- • Tramitación administrativa centrada en el dato. El funcionamiento ordinario de la administración deberá estar orientado a la producción, intercambio, explotación, difusión y puesta en valor del dato produciéndose una transición en el quehacer diario desde el documento al dato. El correcto gobierno y gestión del dato habilitarán y catalizarán el uso de tecnologías y herramientas de inteligencia artificial, incluyendo las tecnologías de gestión de datos masivos (Big Data) y de analítica avanzada (machine learning y deep learning), así como automatización de procesos (RPA) y tecnologías avanzadas de salvaguardia de la información (blockchain).
- • Compartición soberana de datos. El dato es un recurso no rival cuya utilidad crece según su uso se generaliza en un claro ejemplo de efecto red. La compartición de datos con soberanía, fijando quién puede acceder a qué datos y en qué condiciones de uso, seguridad y confianza, permite el correcto diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas. Con ello, se persigue el objetivo de lograr un intercambio de datos fluido entre administraciones, sectores industriales y ciudadanía. Una sinergía que generará ventajas y oportunidades para los diferentes actores implicados. Los lugares donde se llevará a cabo esta compartición de datos serán los espacios de datos del sector público que se construirían alrededor de la Plataforma del Dato de la AGE, proporcionada por la SGAD como servicio común, aprovechando sus capacidades de almacenamiento, posibilidades analíticas y herramientas de gobierno del dato.
- • Difusión abierta de la información. Los datos abiertos, entendidos como aquellos que cualquiera es libre de utilizar, modificar y redistribuir, suponen una importante parte del valor de la economía del dato y son un recurso útil para abordar de forma más eficiente los desafíos ambientales, sociales y de salud, permitiendo la colaboración, impulsando la innovación y mejorando la rendición de cuentas. Se debe identificar la información potencialmente reutilizable planteando la generación de "documentos abiertos desde el diseño y por defecto". En este sentido, los conjuntos de datos de alto valor (HVDS), aquellos asociados a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía se definirán por la Oficina del Dato más allá de la decisión de la implementación de la Comisión Europea, y permitirán hacer accesible información clave facilitadora del crecimiento económico y la innovación.
- • Diseño y análisis políticas públicas desde la evidencia. Los datos son una oportunidad para facilitar la concepción y aplicación de políticas públicas basadas en evidencias, garantizando su eficacia y permitiendo medir su efectividad, facilitando la actividad investigadora como medio de creación de valor y transparencia en la gestión pública. La acción y la comunicación de las administraciones pueden ser más efectivas, más transparentes y sostenibles, si se encuentran fundamentadas en datos válidos y sólidos proporcionados en tiempo y forma en el momento de toma de decisiones. Además, la evaluación de la efectividad de las medidas públicas desde la evidencia de los datos y sus resultados es un instrumento clave de creación de valor social y económico.
- • Fomento de la cultura del dato. Todo proceso de cambio organizativo precisa del concurso decidido de su personal. Por ello, es preciso concienciar y motivar alrededor del enfoque de la administración orientada al dato, dando respuesta a cómo el cambio cultural afecta a título individual. Un gobierno y gestión adecuado del dato requerirá crear nuevos perfiles, puestos, responsabilidades y unidades en cada organismo relativos al trabajo con el dato (analistas de datos, ingenieros de datos, administradores/custodios de datos, estadísticos, científicos de datos y visualizadores de datos) con un conocimiento profundo del área de actividad y del negocio. Se debe apostar por la existencia de perfiles multidisciplinares, donde se combinen, entre otros, conocimientos de economía, sociología, análisis de datos y tecnologías de la información.
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en general, y la Oficina del Dato junto a la Secretaría General de Administración Digital , en particular, se ofrecen como habilitadores y catalizadores de la consecución de los citados principios. Para avanzar de forma conjunta y armónica en el despliegue efectivo de una administración orientada al dato, innovadora, habilitadora del diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas centradas en el ciudadano, potenciadora de una economía orientada al dato, sostenible, inclusiva y generadora de valor social.
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en general, y la Oficina del Dato junto a la Secretaría General de Administración Digital en particular, se ofrecen como habilitadores y catalizadores de la consecución de los citados principios. Ambas instituciones persiguen avanzar de forma conjunta y armónica en el despliegue efectivo de una administración orientada al dato, innovadora, habilitadora del diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas centradas en el ciudadano, potenciadora de una economía orientado al dato, sostenible, inclusiva y generadora de valor social.
Fuente original de la noticia: https://datos.gob.es/