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Carlos B Fernández. El pasado 28 de junio la Comisión Europea presentó dos propuestas de Reglamentos de la Unión. Una para garantizar que los ciudadanos y las empresas puedan seguir accediendo a billetes y monedas en euros y pagando con ellos en toda la zona del euro, y otra para establecer el marco de un posible nuevo formato digital del euro que el Banco Central Europeo podría emitir en el futuro, como complemento del efectivo.

En primer lugar, una propuesta de Reglamento para el establecimiento de un euro digital (COM(2023) 369 final), que establece el marco jurídico para un posible euro digital como complemento de los billetes y monedas en euros.

Este marco garantizará que las personas y las empresas puedan disfrutar de una opción adicional, además de las actuales opciones privadas, a la hora de pagar digitalmente con una forma de dinero público ampliamente aceptada, barata, segura y resiliente en la zona del euro, como complemento de las soluciones privadas que existen en la actualidad. Si bien la propuesta, una vez adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, establecería el marco jurídico para el euro digital, corresponderá en última instancia al Banco Central Europeo decidir si emite el euro digital y cuándo hacerlo.

Euro digital

Para adaptarse a la creciente digitalización de la economía, el Banco Central Europeo (BCE), al igual que muchos otros bancos centrales de todo el mundo, está estudiando la posibilidad de introducir un euro digital como complemento del efectivo.

- ¿Qué sería el euro digital?

El euro digital sería una "moneda digital del banco central" emitida por el Banco Central Europeo y puesta a disposición del público en general. Sería exactamente igual que el efectivo, pero en versión digital. Al igual que el efectivo, cada euro digital en manos de los consumidores estaría directamente respaldado por el Banco Central Europeo. Los bancos y otros proveedores de servicios de pago lo distribuirían a ciudadanos y empresas.

A diferencia de los criptoactivos, el euro digital sería dinero del banco central. El Banco Central Europeo garantizaría que es seguro, que mantiene un valor estable y que puede cambiarse a su valor nominal por efectivo en euros. Por el contrario, el valor de los criptoactivos puede fluctuar significativamente y no puede garantizarse su canje por efectivo en euros o incluso por dinero de bancos comerciales.

El euro digital ofrecería a los consumidores una solución alternativa de pago a escala europea, además de las opciones existentes en la actualidad. Esto significaría más posibilidades de elección para los consumidores y un papel más importante del euro a escala internacional.

Al igual que ahora el efectivo, el euro digital estaría disponible junto con los medios de pago privados nacionales e internacionales existentes, tales como tarjetas o aplicaciones. Funcionaría como una cartera digital. Las personas y las empresas podrían pagar con el euro digital en cualquier momento y en cualquier lugar de la zona del euro.

Importa señalar que estaría disponible para pagos tanto en línea como fuera de línea, es decir, los pagos podrían efectuarse desde un dispositivo a otro sin conexión a internet, en una zona remota o aparcamientos subterráneos. Mientras que las transacciones en línea ofrecerían el mismo nivel de privacidad de los datos que los medios digitales de pago existentes, los pagos fuera de línea garantizarían un alto grado de privacidad y protección de datos para los usuarios, ya que les permitirían realizar pagos digitales revelando menos datos personales de lo que hacen ahora cuando efectúan pagos con tarjeta, de forma exactamente igual que pagando en efectivo, y revelando lo mismo que cuando retiran efectivo de un cajero automático. Nadie podría ver lo que pagan las personas con el euro digital fuera de línea.

- ¿Por qué necesitamos un euro digital?

El euro ha sido un símbolo de la unidad y fortaleza de Europa desde su creación hace 25 años. Aunque el efectivo sigue siendo frecuente y seguirá siendo ampliamente accesible y aceptado, cada vez más ciudadanos y empresas optan por pagar electrónicamente. En este contexto, el euro digital tiene varios objetivos:

1. Garantizar que los ciudadanos, las empresas y las entidades públicas sigan teniendo acceso a una forma pública de dinero digital para pagos, accesible y aceptada en cualquier lugar de la zona del euro y en cualquier momento (en lugar de depender únicamente de soluciones privadas);

2. Poner a disposición una forma de dinero digital que garantice el mismo nivel de privacidad que el efectivo (a diferencia de las soluciones de pagos digitales existentes) y que sea accesible a todos los ciudadanos, incluidos los que no tienen cuentas bancarias;

3. Fomentar la innovación y la competencia en los pagos minoristas, permitiendo a los bancos y otros proveedores de pagos desarrollar nuevas soluciones para sus clientes;

4. Apoyar la autonomía estratégica abierta de Europa y reforzar el papel internacional del euro.

Muchos bancos centrales de todo el mundo están estudiando actualmente la emisión de monedas digitales de banco central, y un número creciente de países ya han emitido este tipo de monedas.

La Comisión explica que las stablecoins y otros criptoactivos que no estén denominados en euros, si se utilizan de forma generalizada para realizar pagos, también podrían socavar la estabilidad de nuestro sistema monetario. Por lo tanto, es importante establecer una forma digital del euro para garantizar que las personas, las empresas y las entidades públicas sigan teniendo acceso a una forma pública de dinero en euros que sea accesible y aceptada en cualquier lugar de la zona del euro y en cualquier momento. El euro digital también facilitaría los pagos en toda la zona del euro. Aportaría a los pagos digitales una experiencia similar a la del dinero en efectivo, al permitir a los usuarios pagar y transferir dinero con un alto grado de privacidad y, a diferencia de muchas otras soluciones de pago digital, incluso sin conexión a Internet.

- ¿Qué valor añadido aportará el euro digital en comparación con las soluciones de pago digitales privadas existentes, como las tarjetas y los pagos por móvil?

Según la Comisión, serán las siguientes:

1. Permitir los pagos digitales en cualquier lugar de la zona del euro

El euro digital será un medio de pago único utilizable en toda la zona del euro, con independencia del lugar en que se encuentren los pagadores y del banco comercial o proveedor de servicios de pago que utilicen. Los usuarios podrán pagar en cualquier momento y en cualquier lugar de la zona del euro, y los pagos se enviarán y recibirán instantáneamente 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. En la actualidad, no todas las soluciones digitales privadas funcionan sin problemas en toda la UE.

2. Posibilidad de pagar digitalmente incluso sin acceso a internet

El euro digital podría utilizarse para enviar dinero para pagos, incluso en ausencia de conexión a internet, si se está físicamente cerca de la otra parte de la transacción, ya sea otra persona o un comercio (el llamado "euro digital offline"). Los consumidores, las empresas y las entidades públicas podrían hacer y recibir pagos incluso en zonas remotas con una conexión a internet poco fiable y en caso de escasez de redes de comunicación o infraestructuras eléctricas.

3. Más opciones para los consumidores

El euro digital complementaría las actuales soluciones privadas de pago digital. Aporta más opciones a los consumidores, que podrían elegir entre todas las soluciones de pago disponibles en función de sus necesidades, preferencias y circunstancias.

4. Posibilidad de pagar digitalmente aunque no se tenga cuenta bancaria

El euro digital fomentaría la inclusión digital y financiera, contribuyendo así a reducir la brecha digital al permitir a las personas sin cuenta bancaria realizar o recibir pagos digitales y acceder gratuitamente a funcionalidades básicas. Estas funcionalidades incluirían la conversión de efectivo en euros digitales y viceversa.

5. Mayor privacidad para los usuarios

El euro digital permitiría a los usuarios realizar pagos digitales garantizando al mismo tiempo la protección de sus datos. Al utilizar el euro digital fuera de línea, la privacidad del usuario es la misma que cuando utiliza efectivo.

- ¿Sustituiría el euro digital al efectivo, en caso de adoptarse?

Según explica la Comisión, el euro digital complementaría a los billetes y monedas en euros, no los sustituiría. Los ciudadanos, las empresas y las entidades públicas tendrían la opción de pagar en billetes y monedas en euros, en otros medios de pago electrónicos privados o en el euro digital.

Es decir, la propuesta garantizará que el efectivo en euros siga siendo ampliamente aceptado para los pagos y fácilmente accesible para los ciudadanos, las empresas y las entidades públicas de toda la zona del euro.

- ¿Cuánto costaría manejar el euro digital?

Los servicios básicos para los usuarios finales, como la apertura y el cierre de una cuenta en euros digitales, la consulta de saldos, la provisión y cancelación de fondos de su cuenta en euros digitales y la realización de transferencias y pagos, serían gratuitos.

Al igual que ocurre con los actuales servicios de pago, los usuarios de una cuenta en euros digitales no tendrían que hacer frente a comisiones al realizar compras en euros digitales, ya sean nacionales o transfronterizas. Los bancos sólo podrían cobrar a sus clientes por las cuentas bancarias comerciales a las que pudiera vincularse el euro digital y por servicios voluntarios no básicos, como los pagos condicionales.

Los bancos y otros proveedores de servicios de pago de toda la UE distribuirían el euro digital entre los ciudadanos y las empresas. Los servicios digitales básicos del euro se prestarían gratuitamente a los particulares. Para fomentar la inclusión financiera, las personas que no tengan una cuenta bancaria podrían abrir y mantener una cuenta en una oficina de correos u otra entidad pública, como una autoridad local. Además, sería fácil de utilizar, incluso para las personas con discapacidad.

Los comerciantes de toda la zona del euro tendrían que aceptar el euro digital, excepto los comerciantes muy pequeños que opten por no aceptar pagos digitales, ya que el coste de crear una nueva infraestructura para aceptar pagos en euros digitales sería desproporcionado en este caso.

La amplia disponibilidad y el uso generalizado del dinero digital del banco central también sería importante para la soberanía monetaria de la UE, sobre todo si otros bancos centrales de todo el mundo empezaran a desarrollar monedas digitales. También es importante en el contexto del desarrollo del mercado de criptomonedas.

La propuesta establece el marco jurídico y los elementos esenciales del euro digital, que, una vez adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, permitirían al Banco Central Europeo introducir en su momento un euro digital ampliamente utilizable y disponible. Correspondería al BCE decidir si emite el euro digital y cuándo hacerlo. Este proyecto requerirá un importante trabajo técnico adicional por parte del BCE.

Garantizar la aceptación y el acceso al dinero en efectivo

El mismo día, la Comisión ha aprobado también una propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la prestación de servicios digitales en euros por proveedores de servicios de pago constituidos en Estados miembros cuya moneda no es el euro y por el que se modifica el Reglamento (UE) 2021/1230 (LA LEY 17547/2021) del Parlamento Europeo y del Consejo (COM(2023) 368 final), que pretende salvaguardar el papel del efectivo y garantizar que esté ampliamente aceptado como medio de pago y que siga siendo fácilmente accesible para las personas y las empresas de toda la zona del euro.

La Comisión destaca que el euro sigue siendo un símbolo de la unidad y la fortaleza de Europa. En toda la zona del euro y fuera de ella, los ciudadanos y las empresas han acostumbrado, durante más de dos décadas, a pagar con monedas y billetes en euros. Si bien el 60 % de las personas encuestadas desearía seguir teniendo la opción de utilizar dinero en efectivo, un número cada vez mayor de personas opta por pagar digitalmente, utilizando tarjetas y aplicaciones emitidas por bancos y otras empresas digitales y financieras. Esta propensión se vio acelerada por la pandemia de COVID-19.

Por ello, según explica la Comisión, el principal objetivo de esta propuesta es salvaguardar el efectivo en euros como medio de pago, de modo que los ciudadanos puedan seguir utilizándolo para sus pagos si así lo desean. Para lograrlo, la propuesta aclara qué se entiende por curso legal y establece las normas para la aceptación obligatoria del efectivo y posibles excepciones limitadas a la misma. Además, también establece lo que los Estados miembros deben hacer para garantizar que el efectivo sea ampliamente aceptado y fácilmente accesible.

La Comisión considera que es importante garantizar que el principio de aceptación obligatoria del efectivo no se vea socavado por la imposición unilateral de políticas de "no efectivo" a los consumidores por parte de las empresas. Por lo tanto, este Reglamento exigirá a los Estados miembros que controlen los niveles de aceptación de efectivo y los niveles de denegación de efectivo, que los comuniquen a la Comisión y al Banco Central Europeo y que tomen medidas si no se garantiza la aceptación de efectivo. Como salvaguardia, la Comisión podrá exigir a un Estado miembro que adopte medidas cuando dicho Estado miembro no haya tomado ninguna o haya tomado medidas insuficientes.

El efectivo en euros es de «curso legal» en la zona del euro. Esta propuesta tiene por objeto establecer en la legislación lo que esto significa realmente, centrándose en las dos «as»: aceptación y acceso. Aunque la aceptación de efectivo es alta por término medio en toda la zona del euro, han surgido problemas en algunos Estados miembros y sectores. Al mismo tiempo, algunas personas tienen dificultades para acceder al efectivo, por ejemplo, como consecuencia del cierre de cajeros automáticos y sucursales bancarias.

En este sentido, la propuesta tiene por objeto salvaguardar la aceptación permanente y generalizada de efectivo en toda la zona del euro y, también, velar por que las personas tengan un acceso suficiente al efectivo para poder pagar de esta forma si así lo desean.

Por ello, los Estados miembros tendrán que garantizar la aceptación generalizada de los pagos en efectivo, así como un acceso suficiente y real al efectivo mismo. Deberán hacer un seguimiento de la situación, informar al respecto y adoptar medidas para solucionar cualquier problema detectado. La Comisión podrá intervenir para introducir las medidas que considere necesarias.

La propuesta garantizará que todos los ciudadanos de la zona del euro tengan libertad para elegir su método de pago preferido, además de acceso a servicios básicos de suministro de efectivo. Garantizará la inclusión financiera de los grupos vulnerables que tienden a depender más de los pagos en efectivo, tales como las personas mayores.

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