Cargando. Por favor, espere

Portada

Carlos B Fernández. Las noticias sobre la muerte de la gestión del conocimiento a manos de la IA generativa parecen algo exageradas. Parafraseando a Mark Twain este parece ser, según informa Stephanie Wilkins en Law.com una de las principales conclusiones de la conferencia anual de la Asociación Americana de Documentalistas Jurídicos (AALL, por su abreviatura en inglés), celebrada en Boston entre el 15 y el 18 de julio pasados. En ella, documentalistas jurídicos y profesionales de la gestión del conocimiento o knowledge management (KM) de todo el país se reunieron para debatir sobre las últimas tendencias y tecnologías en el ámbito de la documentación jurídica.

Según Wilkins, las principales conclusiones que se pudieron extraer de estas jornadas, son:

La IA generativa abrirá el paso a la nueva generación de la gestión del conocimiento

Durante los últimos meses, muchos profesionales de la industria jurídica han pronosticado que el imparable avance de la IA generativa va a significar el fin del trabajo de la gestión del conocimiento.

La aparente capacidad de esta nueva tecnología para localizar, recopilar, analizar, resumir o sintetizar y clasificar la información jurídica que necesitan los profesionales del derecho, así parecía anticiparlo. Algo, al parecer, no tan raro cada vez que una nueva tecnología ha llegado al ámbito del Derecho y ha parecido amenazar a los profesionales que realizan esas mismas tareas.

De hecho, tal como parece deducirse de esta conferencia, los expertos de la gestión del conocimiento están ávidos de probar las capacidades de esta tecnología para incorporarla, en su caso, a su trabajo diario. Y es que, según se desprende de las numerosas sesiones y paneles celebrados en el transcurso de esta conferencia, la IA generativa no solo no va a acabar con el trabajo de los profesionales de la documentación jurídica sino que, muy al contrario, los documentalistas y gestores del conocimiento de las firmas son los profesionales mejor cualificados para sacar todo el provecho a los potenciales beneficios que ofrece esta tecnología.

Como enfatizó Pablo Arredondo, cofundador y CEO de Casetext, una de las firmas punteras en la aplicación de la IA al ámbito legal (recientemente adquirida por Thompson Reuters por 650 millones de dólares), nunca como ahora los profesionales de la información jurídica han sido tan importantes. Según Arredondo, estos profesionales, y solo ellos, están preparados para este trabajo. “La tecnología es muy poderosa, pero también es inescrutable en cuanto a la motivación de sus decisiones, lo que tiene unas profundas consecuencias en la actividad jurídica”. Por tanto, los documentalistas jurídicos están ante una gran oportunidad para su trabajo.

Dicho de otra manera, muy a semejanza de todos los avances tecnológicos conocidos hasta la fecha, que han significado una disrupción en el ámbito jurídico, la IA generativa constituye una nueva herramienta para hacer todavía más poderoso el trabajo de la función de gestión del conocimiento.

Los documentalistas jurídicos seguirán siendo los líderes de la búsqueda jurídica

En paralelo al debate generado por ChatGPT, se planteó su influencia en la búsqueda de información jurídica, una actividad que sigue en cabeza de las principales funciones relacionadas con la gestión del conocimiento.

Encontrar con rapidez la información necesaria para la gestión de un asunto jurídico ha sido, desde siempre, una de las tareas más apreciadas que realizan estos documentalistas. Y la llegada de esta nueva tecnología no supone sino la aparición de otra nueva herramienta, esta vez de características diferentes.

De hecho, los principales actores en el campo de la información jurídica en los Estados Unidos, LexisNexis y Thomson Reuters han anunciado recientemente la incorporación de estas tecnologías a sus productos tradicionales. Por ejemplo, Casetext ha hecho pública la incorporación de la tecnología de ChatGPT-4 a su asistente CoCounsel.

Y ello no hace sino poner una vez de manifiesto que los documentalistas y los expertos en KM van a ser un elemento esencial para ayudar a sus organizaciones a obtener de las herramientas documentales, como lo han venido haciendo hasta ahora.

Esto no significa que el trabajo de estos profesionales no vaya a cambiar, pero esta circunstancia es aplicable al resto de profesiones jurídicas. Aquellos que no sean capaces de adaptarse a las nuevas tecnologías que van llegando al sector, se quedarán atrás, pero eso no significa el final de los profesionales del KM.

Estos podrán realizar su trabajo con nuevas herramientas, pero su papel en el ámbito jurídico seguirá siendo tan relevante en el futuro como lo ha sido hasta ahora, concluye Wilkins.

Scroll