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La ceguera como causa de incapacidad permanente total no debe reconocerse de forma automática sino atendiendo a las concretas particularidades y en el caso, el Supremo entiende que el trabajador, que era oficial 1ª de la construcción y sufrió en un accidente de trabajo la pérdida total de un ojo, aunque mantuvo la visión normal en el otro, si padece una deficiencia que le impide desarrollar las principales funciones de su profesión habitual.

Se trata de determinar si la visión monocular es incompatible con una concreta y específica profesión, así como la eficacia que debe concederse a las tablas de la escala de Wecker, a la hora de valorar la afectación de esas dolencias oculares en el desempeño de una determina y coincidente profesión habitual.

La sentencia recurrida entiende que la profesión del trabajador no exige de una especial agudeza visual, y califica su situación de incapacidad permanente parcial, pero la Sala de lo Social del Supremo resuelve atendiendo a varios factores de riesgo en el desarrollo de la profesión de oficial de construcción, no solo para el propio trabajador sino también para terceros, cuya prevención exige una adecuada agudeza visual binocular y que resultan incompatibles con la visión monocular derivada de la pérdida total de uno de los ojos.

La Guía de Valoración Profesional de Incapacidades del INSS recoge específicamente estos riesgos y cifra en 3 de 4 la agudeza y el campo visual requerido para su desempeño. La utilización de maquinaria y equipos de trabajo y herramientas cortantes, punzantes o perforantes constituye un serio peligro la falta de una adecuada visión binocular.

La profesión exige trabajar en alturas y en edificios en construcción, con el riesgo de caída que eso supone. La visión monocular reduce el campo de visión periférico, afecta a la percepción de la profundidad y del espacio, así como al cálculo de las distancias, lo que resulta incompatible con el desempeño de una actividad laboral intensa en espacios en los que hay huecos y zonas con peligro de caída desde alturas muy considerables.

Y sin olvidar que existe además la posibilidad de sufrir además alguna clase de lesión en el ojo sano, por los múltiples factores de riesgos que existen en las obras de construcción, como lo evidencia que la pérdida del ojo se produjo por un traumatismo sufrido en el puesto de trabajo.

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