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Como anticipo del «III Encuentro Mujeres por Derecho» que la Fundación Aranzadi LA LEY celebrará en Madrid el próximo 11 de junio, esta entidad ha reunido a un grupo diverso de abogadas españolas para valorar el estado de algunas cuestiones pendientes de solución en el mundo del Derecho relacionadas con la igualdad de oportunidades para el desarrollo de la carrera profesional. Cuestiones que fueron ya objeto de análisis en el I Estudio sobre la Igualdad en el Sector Legal (1) publicado en 2022 y que es interesante reevaluar a la luz de los significativos cambios que está experimentando la sociedad en los últimos años tanto en España como en los países de nuestro entorno.

Participaron en la charla Consuelo Abril (Estudio Jurídico), Pilar Menor (DLA Piper), Ester Navas (Baker McKenzie), Sara Giménez (Secretariado Gitano), Teresa Parada (Heineken), Celia Herrero (BBVA) y, por parte de Aranzadi LA LEY, Cristina Sancho, Marta Tovar, Raquel Cabezón y Patricia Esteban.

Interpeladas acerca de qué tiene que cambiar para que las mujeres alcancen en el sector las posiciones de mayor responsabilidad en una proporción equilibrada con los compañeros, las juristas expresaron su preocupación por el hecho de que los sesgos de género, a pesar de los avances, aún no se hayan superado, y porque siga habiendo barreras invisibles que frenan las carreras de las profesionales del Derecho.

Mientras coinciden en la defensa de la maternidad como bien social que debería estar mucho más protegido, este grupo de abogadas reconoce que supone un gran punto de inflexión en la carrera profesional y que, a nivel familiar, la corresponsabilidad no está instaurada. Las madres no llegan a todo y hay quien se llega a plantear si, con tanta carga, se va a sentir plena en el ejercicio de la profesión. Algunas abogadas han abandonado y otras lamentan que conlleva mucho estrés, una carga mental que no sufren ellos en la misma medida.

Parece que los compañeros lo tienen más fácil. «Cómo se organiza una con todo, el trabajo, la casa y la familia, es un tema de conversación habitual entre nosotras, pero no es una preocupación que ellos tengan. No se plantean a qué renunciar». Una frase típica entre las más jóvenes es «seré madre cuando tenga mi carrera asentada», mientras alguna de las más veteranas reconoce haber tenido incluso que planificar sus embarazos para aprovechar el parón del verano, llegando a dictar cartas a su secretaria en la misma habitación del hospital.

«¿Habría tenido una carrera tan brillante si hubiera sido madre antes?» es una pregunta que queda en el aire para las que han llegado lejos, conscientes de que, para las que vienen detrás, es importante tener referentes de profesionales que han compatibilizado la maternidad con una gran carrera en la abogacía. «No son incompatibles y la corresponsabilidad es la clave».

La baja de paternidad obligatoria ha contribuido a equilibrar la situación, aunque también aquí al parecer existen aún diferencias notables entre los abogados y sus compañeras de profesión. «La corresponsabilidad se trabaja en pareja, no va asignada a la condición de mujer», comentan las participantes en el encuentro. Sin embargo, desvelan que en muchos casos los abogados aceptan la baja —no queda otra—, pero siguen trabajando desde casa. Esto, en un despacho, puede tener efectos perniciosos para los compañeros ya que la baja parental supone para el que la disfruta una disminución de sus horas facturables pero, al seguir trabajando desde casa, al final del año termina sobrecumpliendo.

Frente a las malas prácticas en materia de igualdad se señala que «el poder de compra del cliente es importante» y que, cuando éste afee al despacho determinados comportamientos discriminatorios y reclame una mayor diversidad en los equipos que le asesoran, el sector jurídico cambiará.

Cuando se habla de conciliación, se reconoce que ha habido mucho presentismo, que «en nuestra profesión se ha calentado mucho la silla» y que, «mientras la facturación se haga por horas/hombre seguiremos dedicando mucho tiempo al despacho». Aunque la pandemia ha hecho cierto bien en materia de presentismo y el trabajo en remoto se ha generalizado, la otra cara de la moneda está en la disponibilidad permanente. «El excesivo tiempo de dedicación que exige la práctica de la abogacía sigue siendo una asignatura pendiente».

En este punto, las participantes en la charla asumen haber pecado de ingenuas: «creíamos que una carrera de éxito se desarrollaba dedicando mucho tiempo y haciendo un trabajo técnicamente excelente, y hemos descuidado las relaciones sociales» mientras los hombres cuidan su promoción profesional haciendo networking y compartiendo momentos de ocio con socios, directivos y clientes.

Pocos referentes femeninos en posiciones de liderazgo

En posiciones de liderazgo existen aún pocos referentes femeninos, lo que dificulta a las más jóvenes verse a sí mismas capaces de llegar a ellas. «Si los ejemplos de liderazgo son masculinos, una se hace pequeña», dicen. Y reconocen que da confort tener modelos femeninos al frente de equipos y organizaciones; la visibilidad es muy importante porque, sin referentes femeninos normalizados, «tenemos que demostrar constantemente que llegamos a lo mismo que un hombre, y esto supone un gran esfuerzo».

En este punto surgen ideas novedosas: «Son los hombres los que no tienen referentes. Todavía no se conocen padres que, compartiendo las tareas domésticas en términos de igualdad con su pareja y dedicando tiempo a su familia, tengan éxito profesional». Se percibe que hay una doble vara de medir: cuando un hombre lleva al niño al pediatra se le considera un fuera de serie y él se siente un «padrazo», mientras la mujer en la misma situación se siente culpable por restar tiempo al trabajo. Sin embargo, explican las juristas, hay factores que contribuyen a normalizar la situación: en caso de separación (unas 100.000 al año en España), con la generalización de la guarda y custodia compartida establecida por los jueces muchos hombres se están teniendo que hacer cargo de tareas de las que antes sólo se ocupaban las mujeres.

Volviendo al modelo de dirección, el sector legal exige a sus líderes mayor humanismo y empatía. Antes el mejor abogado era el que más facturaba y traía más clientes (rainmaker), pero ahora se le pide que sea capaz de estimular a su equipo y sacar lo mejor de cada uno de sus colaboradores. Una habilidad especialmente valiosa «en organizaciones pequeñas donde la relación humana es crucial». Se destaca además que el momento cultural es muy interesante ya que, debido a la longevidad alcanzada en sociedades como la nuestra, la vida profesional se alarga y en los despachos y asesorías conviven muchas generaciones, con valores, aspiraciones profesionales y expectativas vitales muy diferentes.

¿Existe sexismo aún latente en el ejercicio de la profesión? El mencionado I Estudio sobre la Igualdad en el Sector Legal en el que participaron más de doscientas abogadas de quince colegios de la abogacía de toda España exponía casos de discriminación por razón de sexo que, al parecer, en 2024 siguen existiendo, aunque cada vez menos. Situaciones antes típicas, como que el cliente se dirija sistemáticamente al compañero y no a la compañera, aunque sea ella la que lidera el asunto, son cada día más infrecuentes.

En cuanto a la brecha salarial entre abogados y abogadas derivada de un reparto poco equitativo de los asuntos de mayor cuantía, el informe de 2022 reveló que los asuntos mejor remunerados, ligados a determinadas jurisdicciones (societario, penal económico) suelen estar en manos de abogados, mientras las mujeres tienden a llevar temas de menor cuantía (familia, menores, etc). «Las operaciones más transaccionales, con picos de trabajo que exigen jornadas de trabajo interminables, están muy masculinizadas», reconocen las participantes en el encuentro, y señalan que las mujeres son mucho más habituales en matrimonial y familia. También en violencia de género. «Se elige más a las abogadas porque la especialidad tiene una gran carga psicológica y emocional; la naturaleza cuidadora de la mujer la hace más apta para acompañar en temas de familia».

«III Encuentro Mujeres por Derecho: Alcanzando metas»

Se centrará en analizar temas como los grandes retos de la abogacía internacional, la Ética de los algoritmos de la Inteligencia Artificial (y sus sesgos) o la representación paritaria de mujeres y hombres en los órganos de decisión. La Fundación Aranzadi LA LEY contará para ello con la presidenta de la International Bar Association, Almudena Arpón de Mendívil; el secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo; o María Andrés, directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, entre otros ilustres ponentes.

Al término de la jornada se entregarán sendos reconocimientos a personas y entidades que han destacado este año por su compromiso con el valor de la igualdad y su entrega extraordinaria al Derecho y la Justicia.

Toda la información, programa e inscripciones en este enlace.

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