Por José Miguel Barjola.-María Félix Tena Aragón (Monterrubio de la Serena, Badajoz, 1963) asumió la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura a las puertas de la crisis sanitaria que puso patas arriba todo un país. Hace unos días, la institución que preside recibió el premio «Justicia más transparente» en la modalidad de órgano judicial, en la XI Edición de los Premios a la Calidad de la Justicia que organiza el Consejo General del Poder Judicial. A propuesta de los jueces decanos de Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia, el proyecto «Presidencia del TSJ como modelo de transparencia» fue distinguido por su esfuerzo en acercar al ciudadano y a los más jóvenes el día a día de los tribunales y por reivindicar su papel de servicio público.
Con ocasión de esta destacable distinción, Tena Aragón charla con Diario LA LEY y repasa las medidas para mejorar la transparencia de la justicia extremeña abordadas durante su mandato.
Una de las competencias de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia es ostentar la representación del Poder Judicial en la Comunidad Autónoma. Una competencia genérica, poco detallada. ¿Cómo aterrizáis este deber en un plan de medidas concreto y con qué objetivo se hace?
Tomé posesión como presidenta el 28 de enero de 2020. Yo tenía un plan de trabajo con varias iniciativas importantes, pero al mes y medio estalló la pandemia. Fue una situación excepcional, sí, pero no estaba dispuesta a que la crisis diera al traste con los planteamientos que traía pensados para el tribunal. Tocó reinventarse. A partir del cuarto mes, cuando pudimos salir, aunque con limitaciones, pudimos poner en marcha muchas cuestiones. Sobre todo, después del verano, por ejemplo, arrancamos con el programa de visitas de alumnos a los tribunales: «Educar en Justicia». Hubo magistrados y jueces que tomaron la iniciativa y fueron a los institutos. Nos concentramos, en una segunda vertiente, en reforzar las relaciones institucionales: queríamos que los ciudadanos de a pie supiesen que existe un tercer poder y que está representado a nivel autonómico por el TSJ. Nos esforzamos en acudir a todos los actos protocolarios posibles y en intentar visibilizar la institución. También en plena pandemia abrimos una cuenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura de Twitter.
«Mantener la plena sintonía con otras instituciones» es una de las vertientes en las que se han tomado medidas para favorecer una Justicia más trasparente. ¿Cuáles han sido las medidas más significativas que se han puesto en práctica para conseguirlo?
A los dos días de decretarse el Estado de Alarma, Carlos Lesmes, entonces presidente del CGPJ, creó un chat con todos los presidentes de los tribunales superiores de justicia. Los 17. Eso ayudó a reforzar la comunicación, nos permitió que los acuerdos de cada presidente fuesen conocidos por todos. También, una vez al mes, la Comisión Permanente del CGPJ y los presidentes de los TSJ nos reuníamos por Teams para hablar. No había día que yo no llamase personalmente a los compañeros para saber cómo estaban. Cómo se estaban prestando los servicios de guardia, que no se interrumpieron ni un solo minuto (ni si quiera en lo más duro de la pandemia). Los llamaba y me interesaba por su estado anímico. Ellos sabían que podían llamarme a cualquier hora. Si un funcionario era positivo, ¿cómo actuábamos? ¿había que desinfectar el órgano judicial? ¿cómo garantizábamos la guardia? Todas estas cuestiones se hablaban por Teams. Manteníamos contacto constante con el Consejero de Sanidad de la Comunidad. Cuando empezaron a adoptar el cierre de municipios, tuvimos conversaciones telefónicas con la vicepresidencia y la presidencia de Extremadura. Todas las resoluciones estimando o desestimando los cierres de municipios se adoptaron en un plazo de 48 horas.
Como ha comentado, una de las medidas adoptadas ha sido la incorporación de las redes sociales como elemento de comunicación del TSJ Extremadura. ¿En qué redes sociales tenéis presencia? ¿Quién llevas estas cuentas y qué tipo de contenido difundís?
Solo tenemos cuenta de Twitter, ahora X. La cuenta está gestionada Isabel Valdés, la jefa del gabinete de comunicación del TSJ. Difundimos notas de prensa sobre resoluciones judiciales que destacan por la materia, que puede interesar a muchos ciudadanos, o que pueden destacar por la repercusión social que puedan tener. Estas notas gozan de absoluta credibilidad porque la información viene del propio órgano jurisdiccional. De hecho, antes de publicarla, el propio juez o tribunal siempre da el visto bueno a la nota para no ir más allá de la interpretación del órgano jurisdiccional. También hemos transmitido otros eventos, como la agenda de la presidenta, los actos protocolarios, las participaciones en cursos, ponencias o las actividades del programa «Educar en Justicia».
También se ha apostado fuertemente por visibilizar la Justicia entre los más pequeños. ¿Cómo ha sido la labor de acercar la justicia a los niños?
Nuestro objetivo es explicar a los más pequeños qué hacemos en nuestro día a día. Les explicamos las vías, cómo distinguir el orden civil, penal, social y contencioso-administrativo... Queremos transmitir a los más jóvenes que somos un servicio público más, igual que la educación o la salud. Servicios que cualquiera conoce desde que nace. La Justicia es un servicio público más, a su servicio, para atenderles y servirles. Aunque sea más desconocido. Los juicios simulados les encantan. Les damos togas y cada uno aprende un papel y simulan un juicio en nuestros juzgados, lo que les hace comprender muy bien cuál es el papel de cada uno de los que participa en un juicio. Cada año tenemos más peticiones de colegios, de muy distintas edades. Todos quieren venir a conocer las sedes judiciales. Suelen decir que es una de sus actividades favoritas.
Otro grupo que ha merecido una especial atención ha sido el de las personas vulnerables. ¿Qué medidas ha llevado a cabo el TSJ para garantizar el acceso a la justicia de colectivos como víctimas de violencia de género, menores, ancianos, discapacitados…?
Hemos fomentado la declaración telemática para las víctimas de violencia de género. Se gana mucho si ellas declaran desde lugares seguros y cercanos porque se les nota más tranquilas y pausadas. El 99% de las declaraciones de víctimas de violencia de género se hace de forma telemática en la provincia de Cáceres, para que la víctima no salga de su zona de seguridad. Le aseguramos que no coincidirá con el investigado o con su familia y que siempre estarán en lugares distintos. En Badajoz contamos con un edifico nuevo y un sistema para que la víctima y el investigado nunca coincidan. De forma que la víctima comparece en el mismo edificio pero de forma telemática, y entra el edificio por un lugar distinto, para no coincidir.
Por otra parte, hemos reforzado la posibilidad de estar acompañado a la hora de declarar. Es un derecho, pero que muchas personas vulnerables no lo conocen. Es el juez quien debe informar de esta posibilidad, y se ha hecho una labor pedagógica importante con los cuerpos y fuerzas de seguridad y los propios jueces para transmitir esta idea. Ello crea una confianza y comodidad a la hora de relacionarse con la administración de justicia. En situaciones más especiales, ya contamos con diez resoluciones protocolizadas adaptadas a lectura fácil (citaciones, emplazamientos, autos de sobreseimiento, información de derechos a la víctima…). Documentos que cuentan con el visto bueno de personas con una determinada discapacidad. Además, estamos en vía de ampliar la adaptación de estos documentos a otro tipo de discapacidades, como la visual y auditiva. Cotamos con un proyecto de accesibilidad plena a los edificios judiciales, no solo de accesibilidad física, que ya hemos conseguido al cien por cien, sino de accesibilidad para personas con discapacidad cognitiva (por ejemplo, mejorando la cartelería y adaptándola a sus necesidades). Tenemos proyectado poner en el suelo bandas rugosas para las personas con discapacidad visual e instalar bucles léxicos para que las personas con discapacidad auditiva sean capaces de entender qué ocurre en el juzgado sin necesidad de ayuda.
Acabar con la violencia de género es uno de los grandes retos de la sociedad española del siglo XXI. ¿Qué ha hecho el TSJ para erradicar la violencia de género en la región?
Hay varias iniciativas. Apostamos por los órganos especializados. Nos dimos cuenta de que había víctimas de primera y de segunda, porque los juzgados especializados solo llegaban a los núcleos de población con un número de habitantes importante y se discriminaba a la víctima rural. Creo que esto está ya solventado con la ampliación del ámbito territorial del juzgado de violencia territorial de Cáceres a toda la provincia. Además, contamos con una única comisión territorial de violencia contra la mujer, donde participan todas y cada una de las instituciones implicadas: administraciones públicas, cuerpos de seguridad, asistencia de víctima, asociaciones, fundaciones, etc. Cuando asumí la presidencia, entendí que tenía que existir un punto de conexión entre los planes de las dos provincias en materia de violencia de género. Así que creamos esta comisión territorial, para poner en común ideas y proyectos. Además, participamos en una comisión autonómica, en el seno de la Junta, para la erradicación de la violencia de género, donde participan instituciones de carácter educativo y asistencial, que ahora trabaja en la elaboración de un protocolo. Y en todos los cursos de formación del TSJ, bajo el paraguas del CGPJ, se trata siempre temas de igualdad. Es algo transversal.
¿Cree que, con todas estas medidas, la sociedad extremeña percibe al TSJ como una institución más transparente?
Todo es mejorable. No queremos morir de gloria, es cierto que tenemos que seguir trabajando, ampliando campos, incidiendo en muchos puntos. Pero creemos que determinadas iniciativas están teniendo una respuesta favorable. Cuando abrimos la cuenta de Twitter empezamos con muy pocos seguidores, pero hemos crecido de forma exponencial. El programa «Educar en Justicia» es una de las actividades más demandadas, por lo que algo estaremos llegando a los jóvenes. Cuando asisto a actos ya nadie pregunta quién soy. Ya se sabe que hay una presidenta del TSJ. El ciudadano percibe que el poder judicial tiene una cabeza visible. No es algo lejano e inalcanzable. No es un edificio. No es algo que está en Madrid. En eso, honestamente, hemos conseguido ser más cercanos. Ganar en naturalidad.