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Ilier Navarro.-  Las facturas impagadas es una de las principales pesadillas para todo tipo de negocios y los bufetes de abogados no están al margen de ello. La morosidad se ha agravado y durante el primer trimestre el periodo medio de pago aumentó hasta los 84,3 días, casi un día más que hace un año, y ya suma tres trimestres consecutivos sin experimentar descensos. Ante este escenarios, hay algunas medidas que pueden ayudar a incentivar a los clientes a pagar a tiempo.

Según el último Observatorio de Morosidad elaborado que elabora CEPYME, a partir de datos de Informa D&B y CESCE, hay factores como la evolución ascendente de la inflación y el incremento en los tipos de interés que han marcado el incremento en los plazos de pago de las facturas, a pesar de que la Ley de Morosidad (LA LEY 1704/2004) española establece un plazo legal de pago máximo de 60 días.

El estudio señala que la inflación incentiva la reducción de los plazos de cobro para evitar la erosión del poder adquisitivo de las facturas por cobrar. Durante el primer trimestre se sitúa en torno al 3%, un rango elevado, pero en el que ha dado señales de estabilización, por lo que se reduce la presión para seguir acortando el plazo de cobro. De manera similar, la percepción de que los tipos de interés ya no están en una carrera ascendente tan clara como antes también habría contribuido a relajar la presión por reducir los plazos de cobro de las facturas emitidas.

Si se echa un vistazo al total de las facturas, el Observatorio concluye que el 44,3% de las facturas se paga de forma puntual, mientras que el 55,7% se abona con retraso. De estas últimas, el 46,1% se paga hasta 30 días después del vencimiento y el 9,7% a más de 30 días de lo convenido. Las que mejor cumplen los plazos de pago son las empresas pequeñas: por segmentos, se constata que cuanto menor es el tamaño de la empresa mayor tiende a ser el porcentaje de facturas pagadas de forma puntual, aunque también es mayor la proporción abonada a más de 30 días del vencimiento.

Política de facturación eficaz

La amenaza de la morosidad es algo que todas las empresas quieren evitar, también los bufetes de abogados. La política de facturación debe ser eficaz y buscar que la mayor parte de las facturas se abonen en la fecha pactada, sin dilaciones. De ahí que pueda ser conveniente implementar una serie de medidas para ayudar a cumplir con el objetivo de que los clientes paguen en tiempo y forma.

Un paso fundamental es informar a los clientes de las políticas con claridad, de manera que tengan claro cuándo se les enviarán las facturas y cuáles son los términos de pago. A veces ocurre que por falta de conocimiento no se pagan las facturas a tiempo, por lo que algo tan sencillo como facilitar un calendario de facturación y notificar del envío de la factura puede marcar la diferencia entre la morosidad y un flujo adecuado de caja.

Entre otros aspectos, hay que comunicar la fecha de facturación, el plazo de pago, el método de abono de la factura, las políticas de reembolso, etc. La transparencia y claridad juegan a favor. Conviene asegurarse de que los clientes disponen de la información necesaria para realizar el pago, como el número de cuenta bancaria y que conocen los métodos de pago.

Los estímulos al pronto pago suelen funcionar muy bien y se pueden aplicar también en los despachos de abogados. Por ejemplo, se pueden establecer descuentos para quienes abonen la factura antes o en un solo plazo. Asimismo, es posible fijar un recargo por retraso en el cobro de las facturas, de manera que sea el propio cliente el que evite la demora al ser consciente de que esto incrementará el importe a pagar.

Ofrecer distintos sistemas de pago también puede recortar los plazos de abono, sobre todo si las facturas ya acumulan algún retraso. Por ejemplo, se puede ofrecer como método de pago la clásica transferencia bancaria, pero también el pago con tarjeta de crédito o el pago online. Otra alternativa es el pago a través del móvil, si el cliente prefiere utilizar un Bizum, con PayPall o con wallets digitales.

En los casos en los que ya se haya detectado un retraso en el pago, se puede realizar una llamada de cortesía para verificar que la factura se ha recibido correctamente, que los datos están bien y que no ha habido ninguna incidencia. Si se plantea con amabilidad, es útil una llamada de recordatorio porque, en muchas ocasiones, se puede deber simplemente a un despiste.

La revisión periódica de la política de pagos, del proceso de facturación y de las facturas en las que se han producido casos de morosidad puede ayudar a detectar ineficiencias y a identificar áreas de mejora. Es conveniente que los responsables de facturación estén al tanto de buenas prácticas, innovaciones y tendencias en las políticas en el sector para que se puedan aplicar algunas innovaciones y para que el proceso sea lo más eficiente posible. Todo con tal de limitar la temida morosidad.

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