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Ilier Navarro. Comprometer a los equipos que integran el bufete con el ahorro energético es algo que requiere de tiempo y de un compromiso decidido por parte de la dirección. Sin embargo, se puede concretar con medidas de implementación sencilla que deberían ir acompañadas con una campaña de comunicación interna y de sensibilización estable en el tiempo, con recordatorios periódicos en los que se ponga en valor la adopción de hábitos que no solo repercuten en el ahorro de la factura de la luz para el despacho, sino también en un impacto positivo en el entorno.

Se trata de gestos cotidianos, algunos de sentido de común, que están orientados al uso más eficiente de los recursos y de los espacios del despacho, de manera que se pueda recortar el gasto.

El consumo energético en los despachos suele incrementarse en estos meses de verano debido a las altas temperaturas. Aunque el comienzo de verano ha estado marcado por temperaturas suaves, es más que probable que los termómetros se eleven como suele ser habitual y que el uso del aire acondicionado eleve el gasto eléctrico. Estos son algunos consejos que pueden adoptar los bufetes para limitar el impacto de un consumo elevado de luz.

Ahorro en climatización

Más de la mitad del gasto energético en las oficinas suele venir de los sistemas de climatización, un factor clave para que los abogados desempeñen sus funciones en condiciones adecuadas durante las distintas épocas de temperaturas extremas, verano o invierno. Estas son algunas medidas que se pueden adoptar.

Ventilación natural. Por las mañanas puede ser conveniente ventilar el despacho a primera hora, de manera que el ambiente se refresque y se mantenga a una temperatura más baja antes de poner el aire acondicionado.

Uso de persianas, cortinas o toldos. Dependiendo de la orientación de la fachada, se pueden utilizar estas barreras para bloquear en cierta medida la luz solar e impedir que el ambiente en el interior se caldee en exceso.

Desconectar aparatos eléctricos sin utilizar. Los dispositivos como ordenadores, fotocopiadores o lámparas que no se estén utilizando o que no sean imprescindibles se pueden desconectar para que no desprendan calor de manera innecesaria.

Automatizar el aire. Contar con un sistema automatizado de encendido y apagado del aire acondicionado puede ser muy útil para asegurarse de que no se consume energía durante los horarios en que el despacho está vacío o bien que no se encienda en los espacios que no se están ulitizando debido a vacaciones o ausencias de los empleados.

Controlar la temperatura máxima y mínima. La variación de un grado en la temperatura del sistema de climatización puede generar ahorros que van entre un 6 y un 10% de la factura. Se recomienda en verano fijar una temperatura en torno a los 21 grados centígrados y en invierno entre los 24 y los 25 grados.

Mantenimiento. Realizar las labores de mantenimiento a lo largo del año y limpieza de filtros de los sistemas de climatización garantizará un funcionamiento óptimo y un menor gasto energético para mantener una temperatura agradable en el espacio de trabajo.

Otros consejos

En la cocina. Si hay un espacio para desayunar o comer, lo más recomendable es equiparlo con electrodomésticos de bajo consumo o categoría A y desenchufar de la toma de corriente tanto la cafetera como el microondas cuando no se estén utilizando.

En la iluminación. El cambio a bombillas de bajo consumo o LED, que son más eficientes, se puede notar rápidamente en la factura de la luz. También ayudará utilizar un sistema de encendido y apagado de luces por zonas o detectores de presencia en pasillos, accesos y zonas de paso. Y lo más aconsejable es aprovechar en la medida de lo posible las fuentes de luz natural. La labor de concienciación para que el personal desconecten todos los equipos antes de marcharse a casa o que apaguen las luces en espacios que no se están utilizando es fundamental, sobre todo para crear el hábito y la responsabilidad de que el último que se marche verifique que no hay ninguna luz encendida.

Uso de la impresora. Lo más conveniente es tener la impresora apagada salvo cuando se vaya a utilizar, intentar imprimir todos los documentos a la vez o ponerla en modo suspendido cuando no se utilice. Es conveniente desconectarla al cerrar la oficina. Y, adicionalmente, es aconsejable que se establezcan políticas de reducción de impresiones para evitar malgastar papel. En este caso, se puede optar por folios de origen reciclado.

Implantar el teletrabajo. Contar con jornada flexible de manera que unos días a la semana se pueda teletrabajar, además de ser una ventaja para quienes necesiten conciliar sus responsabilidades profesionales con las personales o familiares, puede ser una buena manera para reducir el consumo eléctrico en verano. Sin embargo, a partir de determinado porcentaje de teletrabajo, será necesario abonar a los empleados parte de los gastos en los que incurran por trabajar desde fuera del despacho.

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