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Carlos Capa.- El sector legal en España (también en Latinoamérica) se encuentra en un momento de palpable incremento de fusiones e integraciones de firmas, impulsadas por un mercado en evolución y unos clientes empoderados que han tomado las riendas de sus relaciones con los despachos, exigiendo soluciones más certeras, cercanos y flexibles a sus necesidades.

El entorno jurídico actual es altamente competitivo. Una competencia que se manifiesta en diferentes formatos y escenarios. Por un lado, las grandes firmas disponen de amplios recursos, digitalización y desarrollo avanzado de Inteligencia Artificial generativa y equipos de alta capacitación lo que obliga a los pequeños despachos a utilizar las ventajas de su formato ( que no son pocas) en áreas de alta especialización, multiplicar la cercanía al cliente o en competir con precios o modelos de facturación mucho más flexibles y personalizables.

Fusionarse con otra firma de similares características, pero que -por ejemplo- opere en ámbitos geográficos diferentes puede ser una manera eficaz de acceder a nuevos mercados. También sumar áreas de práctica relacionadas es una buena idea a tener en cuenta. Por ejemplo, un despacho especializado en Derecho de Familia puede fusionarse con otro especializado en Derecho Internacional Privado y ampliar su mercado a otro perfil de clientes con fueros matrimoniales de otros países.

Por otra parte, un beneficio reseñable de las fusiones es la capacidad de lograr economías de escala. Al combinar sus operaciones, los despachos pueden reducir costos administrativos, compartir instalaciones y recursos, y mejorar la eficiencia general del negocio mejorando la rentabilidad y por lo tanto pudiendo competir en precio, sin merma de servicio, en incluso ofreciendo soluciones más integrales al cliente.

Tampoco hay que olvidar que, para los despachos pequeños, atraer y retener de calidad puede ser difícil, pero que la mayor capacidad de ofrecer “salario emocional” , conciliación o protagonismo en el equipo siempre van a jugar a favor del pequeño, que, creciendo en tamaño, estará en mejores condiciones de ofrecerlas.

Para que un proceso de fusión llegue a buen puerto hay que tener en cuenta cuestiones a resolver previamente. Uno de los principales desafíos en cualquier fusión es la integración de las culturas organizativas de las firmas participantes. Los despachos pequeños a menudo tienen culturas internas muy arraigadas, y unir dos equipos con formas diferentes de trabajar, jerarquías y estilos de liderazgo puede ser complicado. Si no se maneja adecuadamente, estas diferencias pueden llevar a conflictos internos, reducción de la moral y, en última instancia, una disminución de la productividad.

No hay que olvidar a la imprescindible integración de los sistemas de gestión, facturación, software jurídico y otras plataformas tecnológicas es otro desafío significativo. A partir de la fusión hay que cualquier elemento que recuerde anteriores estructuras, si la fusión no es visible ( hacia dentro y hacia fuera) no funcionará . Es fundamental que las firmas fusionadas adopten sistemas únicos e integrados.

Es crucial mantener una comunicación abierta y transparente con los clientes, antes, durante y después de la fusión. Es más, lo idóneo es hacerles de alguna manera partícipes del proceso y que interioricen que su relación con la firma no se verá alterado, salvo para asegurarles un mejor servicio. No todo es un camino asfaltado en estos procesos. Es frecuente que las firmas que se fusionan pueden tener conflictos de interés debido a sus respectivos clientes. Esto es particularmente común en el derecho de los negocios o mercantil, donde los despachos pueden haber representado a partes opuestas en el pasado. La identificación temprana de posibles conflictos de interés es esencial para evitar problemas legales o éticos más adelante.

Finalmente, y no por ello menos importante, está la cuestión del liderazgo y del rol que van a tener los socios de la firma fusionada. Es aconsejable dejar este debate para el final. El ego en un elemento muy presente en los negocios legales y haber resuelto previamente todo lo anterior, hará más sencillo asignar funciones, responsabilidades y retribuciones. La transparencia, la lealtad y la honestidad en los planeamientos son claves en el final de la negociación de la fusión .

Las fusiones de despachos tienen motivaciones diversas, pero no todas aseguran el éxito a largo plazo. Para que una fusión sea exitosa, es crucial que los motivos que la impulsen sean estratégicamente sólidos y bien fundamentados, como que las debilidades de una parte se compensen con las fortalezas de otra y viceversa. Es esencial prestar atención tanto a los factores económicos, como la consolidación de mercados y la optimización de recursos, como a los personales, tales como la compatibilidad de las culturas y valores organizacionales.

Emplear el tiempo necesario y recurrir a expertos externos no involucrados puede ser un factor determinante en el éxito de la integración, facilitando una transición suave y gestionadas correctamente las diferencias.

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