Ilier Navarro. Sí, LinkedIn es una red social de marcado perfil profesional, una plataforma que puede ayudarte a crear una marca personal sólida, a generar una red de contactos de valor, a mejorar la interacción con otros actores de tu sector y a posicionarte como una voz acreditada en tu área de práctica. Pero no, no es suficiente con abrir un perfil: de poco o nada sirve tener una cuenta improductiva. Es necesario trazar una estrategia de contenidos en base a unos objetivos que debes fijar con antelación, publicar periódicamente y conectar con otros profesionales compartiendo novedades, conocimientos, experiencias y reflexiones de valor.
Las cosas pasan cuando haces todo lo posible por que ocurran. Esta frase resume de manera sucinta lo que puedes hacer en LinkedIn para que esta red social sea de utilidad a nivel profesional. Creer que solo con abrir una cuenta en esta plataforma deberían llegar los clientes es poco realista. Debes trabajar tu marca personal, generar conexiones, interactuar y consolidar relaciones. Es una labor de largo plazo que requiere de dedicación, reflexión y esfuerzo.
Como en todas las redes sociales, antes de abrir tu cuenta (o de reactivarla, si la tienes algo abandonada) debes pensar para qué y/o por qué. ¿Qué objetivo persigues? ¿Quizás quieres destacar una faceta tuya que no es tan conocida (por ejemplo, un abogado que también se dedica a la docencia y que quiere dar a conocer más esta actividad)? ¿Buscas posicionarte como una voz reconocida en un área de práctica o en conflictos legales específicos? ¿Quieres contactar con posibles clientes o encontrar nuevas oportunidades profesionales en otro despacho? El objetivo guiará las acciones que desplegarás en esta red social.
Estar activo en esta red, como en otras, es fundamental. Pero antes es necesario definir una serie de aspectos básicos sobre tu perfil. La prioridad es transmitir una imagen cuidada, con una foto de perfil que refleje los valores profesionales con los que quieres que te asocien. La redacción de la información sobre tu curriculum y tu experiencia profesional debe utilizar palabras clave vinculadas con el área en el que quieres destacar. Y tiene que haber una razón, un sentido detrás de la manera como te presentas, de modo que despiertes el interés dentro del sector en el que te quieres posicionar.
Una reflexión previa
De ahí la importancia de que antes de que redactes la información de perfil tus habilidades, formación, experiencia, tengas claro qué quieres contar de ti, qué imagen quieres trasladar a tus contactos y qué es lo que quieres destacar de tu carrera. Esto definirá también qué tipo de publicaciones vas a comentar, qué lenguaje vas a utilizar, tus expresiones… ¿quieres transmitir cercanía, ser accesible o contar con un perfil más especializado y técnico? ¿Sobre qué temas quieres hablar (por ejemplo, si tu área es el derecho laboral, decidir si te enfocarás más en asuntos de cumplimiento empresarial o bien en los derechos de los trabajadores)? ¿A quién quieres llegar con tus publicaciones y comentarios? Son algunas de las preguntas que deberías responder previamente para tener claras las bases de tu estrategia.
Suma contactos en LinkedIn
Si hay un profesional con el que te interesa contactar, no dudes en invitarle a conectar para que forme parte de tu red. Puedes preparar un breve modelo de mensaje de presentación y adaptarlo a cada contacto que quieras invitar a integrar tu red. No es conveniente utilizar los que te ofrece la propia plataforma, excesivamente impersonales. Redacta uno que te sirva de base y adáptalo, por ejemplo, mencionando las áreas de trabajo en común que tenéis.
Habrá algunas personas que no acepten, otras que simplemente no lo hacen porque suelen estar inactivos. Pero eso no tiene que ser un freno ni desanimarte para intentar incrementar tu número de contactos.
Piensa en los temas y el estilo
¿Cómo serán tus publicaciones en LinkedIn? ¿Serán muy especializadas para crear una comunidad de expertos en tu área o buscarán dar respuesta a algunos problemas que pueden tener tus potenciales clientes? ¿Quieres reflexionar sobre un tema de impacto social o de actualidad? ¿Prefieres dar una opinión que ayude a aclarar los alcances legales de un determinado conflicto? ¿Quieres compartir, de vez en cuando, algún asunto algo más personal? ¿Lo harás con un lenguaje cercano y accesible o más técnico?
La idea es que definas un estilo que te represente y con el que te sientas cómodo, que utilices de manera constante y con coherencia, pensando también en las personas que quieres que te lean.
Crea contenido útil
Una vez has definidas las áreas temáticas sobre las que quieres pronunciarte, debes intentar ofrecer el mejor contenido posible para atraer usuarios. Si es un tema amplio, puedes abordar pequeños aspectos en cada publicación y así tendrás más ideas para desarrollar el contenido. También puedes acompañarlo de imágenes atractivas o lanzarte con otros formatos, por ejemplo, con vídeos o podcasts. El contenido de calidad genera interés y adhesión por parte de tus contactos, que estarán atentos a lo que publiques en el futuro. Y pueden dar el paso de comentar o de compartir tus publicaciones. Además, los contenidos que compartas contribuirán a que te relacionen con áreas temáticas concretas.
Puedes simplemente publicar en tu timeline o bien publicar un artículo, que es una opción que te da LinkedIn para que tengas una suerte de blog personal. También puedes añadir contenido multimedia, por ejemplo, una imagen que te parezca interesante y sobre la que puedes hacer comentarios de interés. O bien, si tienes dotes de diseño, elaborar una infografía en Power Point, Canva o alguna otra plataforma gráfica que te ayude a llegar de una manera más visual a los seguidores para explicar algún asunto.
Otra alternativa es compartir contenidos de terceros. Si compartes noticias de la web de tu despacho o del blog corporativo, contribuirás a incrementar el tráfico con un tema de interés. O si hay alguna novedad relevante que se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE) o una noticia de actualidad. Lo ideal es que siempre esté alineado con tus objetivos y temas de interés. Si vas a participar en un evento, es conveniente anunciarlo previamente y también realizar una publicación una vez se haya celebrado, con alguna imagen de buena calidad.
Para romper con la uniformidad visual de los contenidos escritos, puedes utilizar también los emoticonos que incluye esta plataforma y que ayudan a llamar la atención de los lectores.
Interactúa, comenta, comparte
La palabra “red” del concepto red social es la que en muchas ocasiones se olvida. No dudes en comentar y debatir sobre los asuntos o temas que plantean otros usuarios de LinkedIn. Piensa también en si tienes algo interesante que comentar y que contribuya a tus objetivos: posicionar tu perfil profesional. Elogia lo bueno, matiza lo que consideres que no es del todo correcto, comparte en tu timeline con un comentario propio las publicaciones de otros profesionales que te parezcan relevantes o novedosas. Utiliza un lenguaje correcto y respetuoso.
Aunque esta red es eminentemente profesional, también hay publicaciones que pueden ayudarte a transmitir tu lado más humano y personal. Por ejemplo, si eres aficionado a algún deporte, si tienes inquietudes sociales y colaboras con alguna organización, si disfrutas de la naturaleza o si viajas a menudo y hay ciertos aspectos de otras culturas que te atraen o te parecen interesantes, puedes compartir de vez en cuando alguna imagen comentada que refleje esta faceta tuya. Aunque este tipo de publicaciones deben ser muy puntuales, te ayudarán a transmitir una imagen más redonda y completa de lo que eres como persona, pero no es recomendable excederse. Y ten cuidado con abusar de selfies o de fotografías en las que aparezcas tú continuamente: a veces puede ser contraproducentes.
También puedes compartir pequeños logros o celebraciones profesionales. Si tienes un reconocimiento, si has ganado un juicio complicado, si celebras un aniversario en tu despacho. Lo ideal es que sea del ámbito profesional, relacionado con tu formación, etc.
Cuidado y esmero
Lo que se hace bien suele salir bien. Por eso es importante que cuides los detalles cada vez que publiques en LinkedIn: la redacción sin erratas o faltas de ortografía (si se te pasa algún error gramatical, puedes editar el post), las imágenes que utilizas, los hashtags o etiquetas temáticas (por ejemplo, #derecholaboral), las menciones a otras personas o entidades con las que colaboras, los gráficos o noticias que compartes con tu comunidad de contactos, la manera como te expresas y los asuntos sobre los que te pronuncias. ¿Hablar de política o de asuntos polémicos? Es cierto que últimamente ha habido cierta laxitud en esto, pero no es recomendable a no ser que lo abordes desde un punto de vista muy técnico o de la legalidad.
En definitiva, cuidado, sentido común, contenido de calidad y atención al detalle son algunas claves para mejorar tu presencia en esta plataforma, sin olvidar que es la red social profesional por excelencia.