Ilier Navarro. En España, un tercio de la población total está formada por personas mayores de 55 años, con más de 16 millones de españoles. Y las previsiones apuntan a que, en pocos años, llegarán a ser la mitad de los habitantes del país. Ante este panorama, parece claro que las empresas deben aprovechar el talento sénior dado su potencial para constituirse en un foco de mejora de la competitividad del país. Pero para lograrlo, es necesario derribar prejuicios y falsas creencias, además de apostar de manera decidida por mejorar la cualificación de este segmento profesional.
En un mercado laboral condicionado por la escasez de talento especializado -en el primer trimestre de este año, casi 150.000 puestos de trabajo se quedaron sin cubrir por este motivo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)-, no parece razonable prescindir de un segmento de profesionales que aporta experiencia, conocimientos y otras habilidades necesarias para el buen funcionamiento de los negocios. Sin embargo, la tasa de desempleo a partir de los 55 años es de las más elevadas.
Es muy probable que, en los próximos años, en las empresas convivan trabajadores de hasta cuatro generaciones distintas: los baby boomers, la generación X, los millennials y la generación Z. Esta diversidad supone un reto de enorme calado para los responsables de recursos humanos, también para aquellos que desempeñan sus funciones en firmas del sector jurídico. Los equipos compuestos por todas estas generaciones muestran una gran variedad en cuanto a valores y prioridades, también distintas maneras de entender la vida y motivaciones profesionales diferentes.
Ventajas del talento sénior
Todo ello exige de una suerte de pacto generacional en el seno de las compañías, también en los bufetes, donde los abogados y abogadas sénior aportan conocimientos y experiencias de enorme valor, así como una red de contactos y una reputación profesional consolidada. También tienen visión estratégica, capacidad de liderazgo y presentan una gran facilidad de adaptación, de saber hacer y de superación. Todos estos factores contribuyen, en la mayoría de los casos, a generar más negocio y a mejorar la facturación del bufete. Desperdiciar todas estas características vaciando a la organización de los profesionales con una trayectoria más larga no parece ser una idea acertada.
Tal como señala el proyecto Generación SAVIA de la Fundación Endesa, los profesionales sénior cuentan con una serie de características que pueden tener un impacto positivo en los despachos de abogados y en las firmas legales. Son las siguientes:
• Experiencia y conocimiento. Uno de los mayores valores que los profesionales senior aportan es su dilatada experiencia y el conocimiento acumulado a lo largo de su trayectoria profesional. Esto les permite tener una visión más amplia y estratégica frente a situaciones críticas, pudiendo anticipar problemas potenciales y planificar vías de solución de manera proactiva para mitigar los riesgos y el impacto en los negocios.
• Mentorización. Los empleados más jóvenes pueden contar con mentores sénior que les transmitan el conocimiento y el expertise necesarios para abordar nuevos retos. Esto tiene un impacto positivo en el desarrollo del talento interno.
• Red de contactos. Los profesionales más sénior de los bufetes suelen contar con una amplia y sólida red de contactos que les puede abrir las puertas a nuevos mercados y segmentos de clientes. Esto supone beneficioso para el despacho tanto en oportunidades de negocio, como en alianzas para la colaboración y acceso a posibles partners estratégicos.
• Resiliencia y adaptación. En un mundo en evolución constante, los cambios son retos que pueden poner en jaque a una organización. Sin embargo, la voz de la experiencia de este colectivo, que ha tenido que afrontar múltiples retos, crisis y cambios tecnológicos a lo largo de su carrera, puede ser una guía de enorme valor para sortear los obstáculos que se van presentando. También suelen tener la calma y la eficacia necesarias para manejar situaciones en entornos marcado por un elevado nivel de exigencia y de presión.
• Compromiso. Los sénior suelen destacar por su compromiso y dedicación, unas cualidades que sustentan la estabilidad y el crecimiento sostenible de las empresas. Esta mayor significación con los objetivos del negocio suele traducirse en una contribución significativa y a largo plazo en la consecución de objetivos.
La mejora de competencias, el gran reto
Existe un abanico amplio de actuaciones para que el mercado laboral potencie y obtenga el mejor aprovechamiento del talento senior. De acuerdo con el “III Mapa de talento sénior” elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, el derroche de talento sénior en España, que confirman las tasas de actividad hasta 20 puntos por debajo de nuestros pares europeos, está lastrando la riqueza y la moral de millones de ciudadanos.
A pesar de ello, cada vez más firmas legales optan por prescindir de ellos, renunciando a carteras de clientes y al potencial de las relaciones que han ido cosechando con los años. Pero se puede seguir el camino contrario: todo este potencial que aportan los abogados más experimentados debería ser identificado y aprovechado al máximo en los bufetes.
Para lograrlo, es indispensable invertir en la mejora de sus competencias, con una clara apuesta por la formación eficaz y el reciclaje profesional de los empleados a partir de los 55 años. Actualizar sus habilidades duras y blandas y apoyarles en el conocimiento y uso de herramientas tecnológicas puede marca un punto de inflexión.
Por otra parte, si lo que se quiere es dar oportunidades de ascenso a las nuevas generaciones, también se les puede situar en posiciones de consejeros o a socios sin participación en el capital dentro del organigrama del despacho. Existen otras alternativas, como la creación de cargos específicos para los abogados con una mayor trayectoria, como los socios eméritos o los socios de honor.
En muchas ocasiones no se miden bien las consecuencias de que se produzca una fuga de talento sénior en el bufete. Y es que no son pocos los casos de profesionales con una larga carrera profesional que dan el salto a abrir una boutique legal, en definitiva, un nuevo competidor, bien contactado y con buena reputación que cuenta con todo lo necesario para abrirse paso en el mercado.