Normalmente, todo tiene su lado bueno y su lado malo. Y esto también ha ocurrido con el teletrabajo, una modalidad laboral que permite el desarrollo de las funciones profesionales a distancia. Pocos parecen recordarlo, pero fue fundamental durante la pandemia, cuando se decretaron los confinamientos de la población para reducir el riesgo de contagio. Entonces, muchos lo alabaron porque permitió a numerosas compañías seguir desarrollando su actividad: todo apuntaba a que esta forma de trabajo se quedaría para siempre.
Pero para siempre es mucho tiempo y, con la vuelta a la normalidad, algunos departamentos de recursos humanos pusieron el foco en las anomalías o efectos indeseados que se habían detectado. Muchas firmas lo han eliminado de plano o han optado por el trabajo híbrido, es decir, la combinación de presencialidad y desempeño a distancia. Pero no conviene olvidar las numerosas ventajas del teletrabajo.
Hace solo unas semanas la Real Academia de la Lengua Española (RAE) incorporaba la palabra teletrabajo en su diccionario. Sin embargo, la mayoría de las noticias que hablan de esta modalidad laboral suelen ser negativas. Recientemente, un estudio elaborado por expertos del área de psicología de la Universidad de Nottingham en base a 14 entrevistas en profundidad realizadas en 2022 señalaba cinco efectos negativos: la hiperconectividad, la fatiga digital, los problemas en el entorno digital, el miedo a perderse información y el estrés tecnológico.
En esta línea, algunas firmas han puesto el acento en las dificultades para supervisar y coordinar las tareas diarias con los empleados que trabajan desde fuera de su oficina, también en la reducción de la productividad que se ha dado en algunos casos, en la pérdida del sentimiento de equipo y en la falta de comunicación, fundamental para el buen desempeño de quienes integran una plantilla. Pero si se organiza de manera adecuada, el trabajo a distancia bien regulado puede ser una solución eficaz para la conciliación de los empleados e incluso para fidelizar el talento interno y fichar a los mejores profesionales.
Esto también lo confirman otros informes. Recientemente la revista Fortune señalaba que ofrecer teletrabajo a los empleados puede ser la clave para que rechacen otras ofertas laborales; también contribuye a captar talento. Y es que se trata de un factor que impacta especialmente en los trabajadores más cualificados o de sectores con escasez de profesionales. Los datos de un análisis de Future Forum señalan que el 76% de los asalariados prefiere un modelo híbrido o 100% remoto, mientras que más de la mitad (56%) aseguró que optaría por cambiar de firma si se les fuerza a una presencialidad a tiempo completo.
Las ventajas del trabajo a distancia que ahora se ignoran
El lado bueno del teletrabajo se refleja no solo en el ambiente laboral de las compañías, sino también en la contabilidad. Y es que genera ahorros tanto para las empresas como para los empleados, sobre todo en tiempo de desplazamientos, que pueden añadir varias horas a la jornada laboral en traslados de ida y vuelta en hora punta. Es decir, hay beneficios asociados a la conciliación y bienestar de los empleados, que valoran positivamente la flexibilidad que les otorga el trabajo a distancia para atender sus compromisos personales y responsabilidades familiares.
Pero si nos centramos en el plano netamente económico y de gestión de las firmas, hay algunas de las partidas en las que se pueden recortar costes si se mantiene el teletrabajo total o en su modalidad híbrida. Son las siguientes:
1. Ahorro en alquileres. Uno de los gastos fijos con mayor impacto en las cuentas de las compañías es el alquiler de oficinas o locales. Con políticas de teletrabajo, no será necesario tener que arrendar un espacio tan amplio y ya sabemos que, si hay menos metros cuadrados, el precio del alquiler baja. También los costes asociados, como los de mantenimiento de los centros de trabajo, se reducen.
2. Ahorro en eventos y reuniones. Hay una parte de los eventos corporativos que se puede realizar por medios electrónicos con una reducción de costes significativa. Tanto las jornadas especializadas en una novedad legislativa, como las sesiones informativas sobre cumplimiento en un sector concreto o el análisis del impacto de una nueva regulación europea se pueden celebrar a través de plataformas como Teams, Zoom y Meets. Algo similar ocurre con las reuniones con posibles clientes y proveedores, que se pueden desarrollar en formato online, lo que supone también ahorros en desplazamientos, tiempo de trabajo y catering. Los eventos presenciales se pueden dejar únicamente para momentos señalados o situaciones muy extraordinarias.
3. Ahorro en formación. La modalidad presencial de los cursos para empleados está quedando en segundo plano debido a las dificultades que muchas veces surgen para compatibilizar las agendas profesionales. La realización de formaciones en modalidad online es otra consecuencia positiva que nos deja el teletrabajo y que las empresas pueden seguir aprovechando para reducir costes y ser más eficientes.
4. Ahorro en gastos básicos. Las facturas de la luz, el agua, la calefacción y otros suministros también se recortarán si parte de los empleados teletrabajan o si se establecen turnos de trabajo semipresencial. Estos ahorros están vinculados directamente con contar con locales y centros de trabajo más pequeños.
5. Ahorro en beneficios. Las empresas que implanten el teletrabajo también podrán reducir la partida que destinan a determinados beneficios para los trabajadores, como los tiques restaurante, ayudas de transporte o el coche de empresa. No obstante, puede cambiarlos, por ejemplo, por ayudas para pagar una conexión a internet de banda ancha, es decir, algo relacionado con el trabajo a distancia. Habrá que analizar con un especialista en derecho laboral cómo configurar estos cambios porque estos beneficios pueden haber adquirido la condición de derecho adquirido y su modificación puede requerir que se negocie con los representantes de los trabajadores.
El impacto positivo, por tanto, se genera tanto a en el plano económico, incluso en las modalidades parciales o de trabajo híbrido, como en el plano humano, mejorando la satisfacción de la plantilla. Por otra parte, también puede repercutir en una reducción del absentismo y en una mejora de la fidelización de los empleados, beneficios que también impactan positivamente en los ratios de gestión empresarial.
Pero ojo, no hay que perder de vista el cumplimiento laboral. Hay que recordar que las empresas están obligadas a compensar parte de los gastos que genere el teletrabajo en cada del empleado, tal como regula la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia (LA LEY 15851/2021). Teniendo en cuenta todos estos aspectos, parece necesario que las empresas abran una reflexión ahora que comienza un nuevo año y reconsideren si es buena idea quitar por completo el teletrabajo.