No son pocos los hogares en los que los Reyes Magos han traído un teléfono móvil como regalo para los más pequeños. Se trata de dispositivos cuyo uso puede resultar ventajoso y práctico en determinados supuestos, por ejemplo, si ya van solos al colegio o en caso de que los progenitores vivan separados. Pero entregar al menor un móvil exige un plus de supervisión por parte de los adultos con los que convive. Lo más razonable es establecer unas normas desde el principio y hacerlas cumplir, además de adoptar una serie de medidas que refuercen su seguridad y que minimicen los riesgos potenciales a los que se expone. A continuación, detallamos algunas de ellas.
Si hay algo cierto es que la tecnología resulta muy atractiva para los menores, especialmente los teléfonos móviles. Y esto a pesar de que los médicos pediatras advierten del peligro que supone utilizarlo a edades tempranas. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) explicaba en un comunicado recientemente que el móvil puede ser un verdadero problema si se le da a niños muy pequeños y que, en general, los niños, niñas y adolescentes están utilizando las pantallas muy por encima de los niveles recomendados, pudiendo derivar en retrasos en el desarrollo del lenguaje entre los más pequeños, incremento del sedentarismo y del sobrepeso, problemas visuales como la miopía y alteraciones del sueño. Por todo ello, no lo consideran un regalo adecuado.
Por otra parte, según el Informe del Comité de Expertos de Infancia y Juventud para crear entornos digitales seguros, hasta los tres años de edad los niños no deberían usar estos dispositivos. De tres a seis años, se recomienda únicamente un uso puntual y supervisado con el fin de mantener un contacto con familiares a distancia, mientras que en la franja de los seis a los 12 años se aconseja limitar su uso y el acceso a Internet. Por encima de esa edad, de los 12 a los 16 años, es clave la activación del control parental, para evitar que accedan a contenidos inadecuados, y también limitar el tiempo de uso.
Menores y uso del móvil
Pero si la familia ha optado por entregar un móvil al menor de edad, no es aconsejable darlo sin más. Hay que tener en cuenta no solo los riesgos para su salud, sino también aquellos que ponen en jaque sus derechos cuando utilizan estos dispositivos. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y Unicef cuentan con una guía tipo decálogo con consejos y recomendaciones para mitigar los potenciales efectos perniciosos que los teléfonos pueden tener en los niños, niñas y adolescentes. A continuación, las hemos compilado en cinco medidas:
1. Planificación y pactos familiares. Los menores que usan un móvil tienen la posibilidad de acceder a un gran volumen de información y contenido. Aunque suelen manejar con gran destreza estos dispositivos, no siempre tienen conciencia de los riesgos con los que se pueden encontrar. De ahí que sea recomendable que, antes de entregarle el dispositivo, los padres y madres valoren el grado de madurez y establezcan una serie de reglas y compromisos que deben cumplir ambas partes. Puedes utilizar un contrato familiar para establecer un pacto claro y fácil de comprender por ambas partes. En la web del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) encontrarás una serie de modelos que te pueden orientar a la hora de fijar límites en el uso de estos dispositivos por parte de tus hijos denominados pactos familiares para el buen uso de dispositivos.
2. Normas y límites. Lo primero a lo que debes prestar atención es a que el uso del móvil no reste tiempo a otras actividades fundamentales para su desarrollo, como dormir, estudiar, jugar en entornos no digitales, etc. La supervisión es tu responsabilidad, incluso si te apoyas en herramientas de control parental. De acuerdo con su grado de madurez, puedes ir desbloqueando algunos contenidos que pueden ser de su interés y apropiados a su edad. Conversa y pacta las restricciones que aplicarás y los tiempos.
3. Redes sociales. Ten en cuenta que, si tus hijos son menores de 14 años, necesitan tu consentimiento para darse de alta en estas plataformas. Será indispensable que les guíes y le expliques cuáles pueden utilizar y cuáles no. Configurad juntos el perfil para que no sea abierto o accesible a cualquier usuario, estableced distintos niveles de privacidad y enséñale cómo configurar quién puede ver su información. Usad el mínimo de datos necesarios para completar el registro y utilizad preferiblemente un nick o apodo en vez de su nombre real.
4. Supervisión y diálogo permanente. Conversa sobre los peligros que se pueden encontrar en Internet y en las redes sociales, sobre el uso de sus datos que pueden realizar estas plataformas y que sea consciente de que, si lo permite, otras personas, incluso desconocidas, pueden ver más información de la adecuada. Es fundamental que le acompañes en su vida digital, que supervises a qué juegan, cuánto tiempo le dedican y cómo se comportan. También debes saber con quién habla y explicarle que no puede conversar con cualquier persona que inicie un chat con ellos. Adviérteles de las precauciones que deben tener si alguien les solicita una fotografía y explícales los riesgos de que compartan imágenes propias con otras personas, incluso si son conocidas. Fomenta el desarrollo de un punto de vista crítico y recalca que todas las acciones y decisiones en Internet, tanto si es él quien las realiza como otros usuarios, también tienen consecuencias de tipo legal y en la integridad e intimidad de las personas.
5. Desconexión. Recuérdales que el uso del móvil tiene límites y que deben tener momentos libres de tecnología para compartir con toda la familia y con sus amigos. Tus hijos deben ser conscientes de que hay otras experiencias que les benefician y que el tiempo para sus estudios o su descanso no se puede utilizar para las pantallas. Intentad acordar los límites para evitar comportamientos adictivos y destaca la necesidad de establecer relaciones en la vida real con su entorno físico, sus compañeros de clase y con su familia, más allá de las plataformas digitales.
No lo olvides: que tu hijo o hija disponga de un móvil, tanto si se lo has comprado tú o si se lo han regalado por Reyes, cumpleaños, comunión u otras festividades, es un paso muy importante que no se debe dejar a la improvisación. Ellos deben ser conscientes de la responsabilidad que supone su uso, de las posibles consecuencias legales y riesgos para su seguridad y su intimidad.