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David Díaz Lima

Abogado especialista en nuevas tecnologías

Delegado de Protección de Datos

La Inteligencia Artificial (IA) está transformando rápidamente el panorama digital y, con ello, se plantean nuevos desafíos para todos los profesionales involucrados en la protección de datos personales, en particular para los Delegados de Protección de Datos (DPD). La IA no solo cambia la manera en que procesamos, almacenamos y utilizamos la información, sino que también plantea nuevas complejidades desde el punto de vista de la privacidad, la seguridad y la ética.

1. Desafíos clave de la IA para los Delegados de Protección de Datos

Uno de los principales desafíos que la IA impone a los DPO es el volumen y la naturaleza del procesamiento de datos. Los algoritmos de IA suelen trabajar con grandes cantidades de datos, que pueden incluir información personal sensible, como historial de navegación, ubicación, o incluso características biométricas. Este procesamiento masivo puede poner en riesgo la privacidad de las personas si no se lleva a cabo de manera transparente y conforme a la normativa de protección de datos. Los DPD tendrán que estar particularmente atentos a los riesgos asociados con el procesamiento automatizado de datos a gran escala.

Otro de los desafíos a afrontar es su capacidad para tomar decisiones de forma autónoma, a menudo sin intervención humana. Esto genera preocupación en cuanto a la transparencia y la responsabilidad, ya que los individuos afectados por decisiones automatizadas (por ejemplo, solicitudes de créditos o hipotecas o contratación de seguros) deben conocer y entender cómo se toman esas decisiones y en qué se basan. Aquí, el DPO debe velar por que las organizaciones sean transparentes en sus procesos y garanticen que los sistemas de IA sean explicables para el usuario. El Reglamento General (UE) 2016/679, de protección de datos (RGPD) requiere que las personas afectadas puedan obtener información clara y accesible sobre el procesamiento de sus datos, incluyendo cómo influyen los algoritmos.

Otro reto es el relativo al riesgo de sesgo. Los sistemas de IA, al estar entrenados con determinados tipos de datos pueden caer en sesgos, que deriven en falsos negativos o faltos positivos provocados por esos sesgos, como los que se pueden dar en la videovigilancia de espacios públicos. Esto puede dar lugar a decisiones discriminatorias o injustas, afectando injusta o ilegalmente a ciertos grupos de personas.

El último obstáculo, en mi opinión, es la dificultad en la gestión de la trazabilidad de los datos. La IA y los algoritmos son inherentemente complejos y a menudo se dificulta el seguimiento y la trazabilidad de cómo se procesan y almacenan los datos. El RGPD exige que las organizaciones mantengan registros detallados sobre los flujos de datos y las decisiones tomadas en relación con estos. Los DPD deberán colaborar estrechamente con los equipos informáticos para garantizar que la trazabilidad de los datos se mantenga.

2. Áreas prioritarias de actuación para los Delegados de Protección de Datos, en el contexto de la IA

La implementación de IA, a menudo, implica riesgos elevados para la privacidad de los individuos, lo que hace necesario realizar una evaluación de impacto de protección de datos (DPIA). El DPD tendrá que valorar su necesidad/obligatoriedad, elegir la metodología adecuada y coordinar la realización de estas evaluaciones antes de poner en marcha nuevos proyectos que utilicen IA. Este proceso garantiza que se minimicen los riesgos para los derechos y libertades de los individuos, y que se adopten medidas adecuadas de mitigación.

Una vez que los sistemas de IA estén en funcionamiento, los DPD tendrán que asegurarse de que se monitoricen continuamente, no solo para verificar el cumplimiento de las normativas de protección de datos, sino también para detectar posibles riesgos de seguridad.

Por último, el DPD jugará un papel clave en la formación y sensibilización de los empleados sobre los riesgos asociados con la IA y la protección de datos. Será fundamental que los DPD promuevan una cultura organizacional que valore la privacidad y el cumplimiento de la normativa, especialmente en tecnologías que utilicen IA.

3. Habilidades necesarias para los Delegados de Protección de Datos del futuro

Si bien los DPD no necesariamente deben ser expertos en IA, me parece fundamental que tengan un conocimiento técnico, cada vez mayor, para saber cómo funcionan los sistemas de IA, los algoritmos y los modelos de machine learning. Esta comprensión les permitirá identificar de manera más efectiva los riesgos potenciales para la privacidad y asegurar el cumplimiento normativo.

La IA plantea desafíos éticos significativos, desde la toma de decisiones automatizada hasta el tratamiento de datos sensibles. Los DPD deberán desarrollar un pensamiento crítico que les permita evaluar las implicaciones éticas de las nuevas tecnologías y garantizar que sean justas y transparentes.

Los DPD, al trabajar en un campo multidisciplinar que involucra a profesionales de distintas áreas, como abogados, ingenieros o responsables de cumplimiento, necesitarán tener habilidades de trabajo en equipo y de comunicación para trabajar de manera efectiva, asegurándose de que se mantenga un enfoque coherente con la protección de datos.

4. Conclusión

La IA presenta tanto desafíos como oportunidades para el trabajo de los DPD. Mientras que las nuevas tecnologías pueden mejorar la eficiencia y crear nuevas soluciones, también incrementan los riesgos relacionados con la privacidad y la seguridad de los datos personales. Los DPD deberán estar preparados para gestionar estos riesgos mediante una combinación de conocimientos jurídicos y técnicos, capacidad de evaluación de riesgos y trabajo con equipos multidisciplinares, que les permitan mantenerse actualizados sobre los avances tecnológicos, para garantizar que las organizaciones respeten los principios de protección de datos, de modo continuo y proactivo.

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