Hoy, 19 de marzo, se celebra el día de San José y se conmemora el Día del Padre. Si hay algo común en prácticamente todos los padres (y madres) es que suelen afirmar que tener hijos les ha cambiado la vida. Y es que es una etapa repleta de desafíos que pueden resultar muy retadores, que impulsan a los hombres a adquirir nuevas habilidades afectivas y emocionales para atender al bebé y para comprender y apoyar a la madre. Todos estos cambios transforman al padre en un actor clave en la crianza de su hijo o hija, pero además este cúmulo de nuevas capacidades puede ser de enorme utilidad para las empresas, también para los despachos de abogados y firmas legales, con un impacto positivo en la gestión interna y en términos de liderazgo y dirección. A continuación, detallamos algunas ventajas de contar en la plantilla con padres y cómo la paternidad les puede hacer mejores jefes y profesionales.
La cultura laboral se enriquece con perfiles diversos. Si los equipos están integrados por trabajadores, mandos medios o directivos que estén inmersos en la paternidad puede ser un plus en lo relativo a la gestión y management.
La empresa, a su vez, puede apoyar una paternidad activa para mejorar el ambiente laboral, potenciar su marca empleadora y fidelizar el talento a través de medidas especialmente pensadas para que los hombres que tengan hijos puedan implicarse en la crianza: por una parte, impulsando una aplicación y ejecución real de las políticas de conciliación para que los trabajadores las utilicen y para que los responsables les animen a utilizarlas; facilitando la adaptación de trayectorias profesionales a la nueva situación familiar; y promoviendo tanto los permisos de paternidad como otras medidas de flexibilidad, desde el horario de entrada y de salida flexibles a días de teletrabajo para poder quedarse a cargo de los niños si están enfermos, así como días libres para poder conciliar cuando no hay colegio.
Mejor gestión del tiempo
Si algo se aprende de la paternidad es que el recurso tiempo es un bien escaso y de enorme valor. Las competencias para gestionar los plazos para la elaboración de un proyecto, en el que se incluye el análisis y estudio, la redacción, la revisión y la entrega final, mejoran porque un padre sabe que cuando hay niños, requieren toda la atención. Pero también son conscientes de que cuando se duermen o están en la guardería o con los tíos o los abuelos, es el momento de extraer el máximo de esos tiempos de tranquilidad y concentración. Por lo tanto, las jornadas laborales se aprovechan al máximo.
La eficiencia en el manejo del tiempo es una habilidad que a muchas personas les cuesta desarrollar, pero los padres -y, por supuesto, las madres- aprenden con un curso inmersivo e intensivo “en tiempo real”.
Más resolutivos y enfoque práctico
Los padres saben que, cuando tienes un niño en casa, de un momento para otro y sin ninguna señal previa puede surgir un imprevisto o una cadena de acontecimientos catastróficos que te obliga a improvisar, a ser creativo y a buscar nuevas soluciones: tiene fiebre, se ha caído y hay que llevarlo al hospital para que le hagan una radiografía, se ha manchado la ropa y hay que cambiársela, pero no se ha puesto la colada, etc. La conciencia de que, pese a la planificación, de un momento a otro todo se puede torcer, hace incluso que te anticipes y que preveas posibles soluciones a dificultades, incluso aunque no ocurran.
Aprender a delegar y a confiar
Al mismo tiempo, siendo conscientes de la escasez del factor tiempo y de la posibilidad de que surjan imprevistos, la paternidad también obliga a desarrollar la confianza en los demás y muchos aprenden a delegar determinadas funciones en otros miembros del equipo. Algunos hombres tienden a ser excesivamente perfeccionistas y controladores, por lo que acaparan toda la responsabilidad de un proyecto. Pero cuando son padres reconocen sus limitaciones y se abren a impulsar el potencial de otras personas con las que colaboran para que se hagan cargo de determinadas tareas. En definitiva, pueden mejorar el funcionamiento de los equipos e impulsar el desarrollo de otros perfiles profesionales que van ganando protagonismo en el desarrollo de iniciativas empresariales.
Ceder en perfeccionismo para avanzar en el pragmatismo puede transformare en un cambio positivo para la gestión de equipos que puede resultar altamente beneficioso para el despacho.
Más conciencia sobre los riesgos
Cuando estás a cargo de una vida humana, cuando eres una pieza fundamental para el desarrollo de un bebé o de un niño que está formando su personalidad y su carácter, que está aprendiendo día a día nuevas habilidades, que necesita que le corrijan para que sepa qué es lo correcto y qué no, eres mucho más consciente de los riesgos que hay alrededor. La perspectiva se amplía con la paternidad y se suele tener un enfoque más global de cualquier iniciativa, con mayor conciencia del control de riesgos y una visión más completa e integral de todos los procesos que se lideran. Hay un foco mayor en la necesidad de eliminar o mitigar esos riesgos con medidas que sean realmente eficaces en caso de que se materialicen. Cuidar y criar un niño es algo muy serio. Los padres son conscientes de ello y este reto les obliga a buscar alternativas y opciones que les ayuden a mitigar estos peligros. Y esto también puede repercutir en un punto de vista ventajoso en el ámbito corporativo.
Un enfoque más humano y extra de motivación
La crianza de un hijo o una hija puede resultar agotador, pero es una razón para ser mejores, para intentar hacer las cosas bien, para esforzarte y lograr un extra de tiempo que pasar con ellos. Los profesionales que son padres pueden tener más aspiraciones, por lo que pueden avocarse a mejorar sus capacidades con formación específica que les permita abrirse a nuevos horizontes profesionales y a desarrollar su carrera para ir escalando puestos en la firma.
También enseña que los progresos se dan poco a poco, día a día, con trabajo diario y constante, con compromiso auténtico y manteniendo unas grandes expectativas sobre todo lo bueno que puede traer el futuro. A la vez, hay más conciencia de que los obstáculos pueden traer algunas decepciones. Sin embargo, suele mejorar la resiliencia frente a la adversidad y a los obstáculos que van surgiendo.
El hecho de ser padre te obliga a contar con un plan B y un plan C y esto también se traduce en el ámbito empresarial, para cuando las cosas no salen como se habían planificado. Se dan cuenta más rápidamente de que las personas que forman parte de su equipo pueden necesitar apoyo emocional, un extra de motivación y estímulo para reenfocar el objetivo inicial, cambiar un poco la perspectiva y seguir adelante.
En definitiva, la paternidad es un baño de realidad que a veces da escalofríos, pero que además de la satisfacción vital que supone, también te hace crecer como persona y a nivel profesional, siendo una oportunidad de mejora no solo para el empleados en su día a día laboral, sino también para la propia compañía. A todos ellos, feliz Día del Padre.