Las modas que se hacen virales pasan delante de nuestros ojos cada vez más rápidamente. Un fenómeno se populariza, se practica de manera intensiva y desaparece, no sin antes ser criticado por los posibles riesgos que conlleva. Esto es lo que ha ocurrido con la posibilidad de retocar fotografías de personas reales con la estética de Estudio Ghibli, característico de algunas de las películas de animación japonesa más célebres. El fenómeno arrasó en redes sociales y en grupos de WhatsApp, donde se compartieron imágenes de adultos y niños con ese estilo nipón sin mayores reparos. Pero cuando hablamos de plataformas digitales y apps de IA el riesgo está ahí, ya que la imagen de una persona es un dato personal. Y las aplicaciones de Ghibli utilizadas han recopilado millones de fotografías -por lo tanto, de datos personales- que se podrían utilizar con otros fines.
No es de extrañar que la mayoría de las personas bajemos la guardia con algo que parece lúdico, divertido y, en apariencia, inofensivo. Como si de un disfraz digital se tratase, muchas personas presentaban su imagen, la de sus amigos y familiares, incluidos menores de edad, con el estilo Ghibli, sin ser conscientes de que esta práctica viral podría poner en riesgo la protección de los datos personales de los usuarios. Tal como advierte la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), cargar información personal como son las fotografías a estas herramientas puede tener implicaciones para la privacidad y seguridad de la información personal.
Los tres riesgos de retocar las fotografías con estilo Ghibli
Los riesgos detectados para la protección de los datos personales tienen que ver con los siguientes aspectos:
Riesgo 1: acceso y tratamiento de datos personales. Muchas de estas aplicaciones solicitan el acceso a la galería de fotos del dispositivo, lo que implica conceder permisos tanto para gestionar datos personales propios como los de terceras personas. Es decir, le estamos abriendo la puerta a entrar no solo a la foto remitida, sino potencialmente de todas las fotos de la galería. Por otra parte, no son pocas las aplicaciones de retoque fotográfico de todo tipo en las que las imágenes no se procesan exclusivamente en el dispositivo móvil, sino que se requiere que se carguen o suban a servidores externos. Y esta práctica incrementa el riesgo de exposición ya que se pierde el control de la seguridad de dicha fotografía y de los usos que se harán de ella en el futuro y en otras plataformas.
Riesgo 2: transparencia en el uso de los datos. En ocasiones, las aplicaciones o servicios no proporcionan suficiente información sobre qué pretenden hacer con las imágenes que han recopilado una vez que el usuario las ha subido, si se transmiten a otras entidades o cuánto tiempo se conservan. O bien se presenta en letra tan pequeña que apenas se puede leer o entender lo que dicen.
Riesgo 3: almacenamiento y uso de imágenes. El uso de este tipo de aplicaciones supone dar acceso a, al menos, una imagen e, incluso, a toda la galería de fotos del dispositivo, como hemos dicho. Pero en algunos casos, los datos obtenidos de las fotografías podrían ser almacenados o reutilizados por las empresas desarrolladoras de las aplicaciones para otros fines, por ejemplo, de tipo comercial o publicitario e incluso para entrenar distintos algoritmos de inteligencia artificial.
¿Cómo actuar para proteger los datos personales?
Antes de utilizar este tipo de aplicaciones para contar con una imagen viral y seguir la tendencia que esté de moda en cada momento, es necesario reflexionar sobre si realmente vale la pena unos pocos segundos de diversión o de risa a cambio de, potencialmente, dar acceso a toda la galería de fotos del móvil a los desarrolladores que están detrás de estas herramientas digitales.
Además, hay una serie de consejos que apuntan desde la AEPD:
1. Revisa la política de privacidad. Sabemos que es tedioso tener que leer todo ese enorme texto en letra pequeña, pero vale la pena informarse antes de tomar una decisión. Es lo recomendable antes de utilizar cualquier clase de aplicación: leer detenidamente la política de privacidad y los términos de servicio, verificando de qué manera y bajo qué condiciones se procesarán las imágenes que se van a subir y cuáles pueden ser los usos que se hagan de ellas en el futuro o en otras plataformas.
2. Rechaza accesos innecesarios. Hay que prestar especial atención a los permisos que nos están solicitando y no dar a todo que sí de manera automática y sin leer. Si la aplicación solicita permisos que no son estrictamente necesarios para la funcionalidad básica (como el acceso a toda la galería de imágenes o incluso a la cámara del dispositivo), considera denegar esos permisos. Es una medida fundamental para proteger tu privacidad y la de los datos personales que acumulas en tu teléfono móvil u ordenador.
3. Evita el uso de aplicaciones desconocidas. No deposites tu confianza en cualquier aplicación sin contar antes con información clara sobre sus prácticas de privacidad. Además, asegúrate de descargar únicamente aplicaciones de fuentes confiables y verificadas, ya que en algunos casos pueden ser la vía de entrada a tu dispositivo de softwares maliciosos.
4. Elimina las imágenes procesadas. De acuerdo: finalmente has optado por tratar la imagen con un filtro tipo Ghibli o con cualquier otro. Pero ten en cuenta que si decides utilizar este tipo de servicios, es recomendable eliminar las imágenes procesadas y evitar almacenarlas en el servicio si no es estrictamente necesario.
5. Vela por la protección de los derechos de terceros. Si vas a usar imágenes en las que aparezcan terceros, sobre todo si se trata de personas vulnerables o de menores de edad, asegúrate de hacerlo informándoles antes de lo que vas a hacer y contando previamente con su consentimiento.