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No es un fenómeno que solo afecte al campo de la abogacía, pero una vez sobrepasados los 45 años, muchos profesionales del derecho consideran que las puertas a un cambio de empleo se cierran casi por completo para ellos. ¿Es una “misión imposible” cambiar de bufete una vez que se ha sobrepasado esa frontera de edad? No son pocos los estudios e informes que confirman que el edadismo está a la orden del día. Cambiar de bufete puede ponerse cuesta arriba, pero ese cambio laboral que se busca en la madurez se puede concretar si se sigue una serie de consejos.

Los abogados que desean dar un giro a su carrera profesional justo cuando ya superan los 45 años no lo tienen fácil. El primer paso es reconocerlo. De hecho, muchas empresas prescinden de los servicios de profesionales que se acercan a los 50 años o están por encima de esa edad porque, con una visión cortoplacista, consideran que contar con estos perfiles eleva los costes laborales y que no cuentan con las competencias digitales necesarias para impulsar el negocio. Pero renunciar a un cambio en la profesión no debería estar en la agenda de los profesionales que acumulan tantos años de experiencia. La clave está en trazar una buena estrategia de búsqueda.

Cambiar de empleo con más de 45 años, ¿por dónde empezar?

Cualquier tipo de cambio a nivel vital o profesional que se quiera realizar exige una planificación y una reflexión previa, considerando todos los pro y los contra, los obstáculos, los aspectos que suman valor al proceso. Para empezar, habría que enfocarse en los siguientes pasos:

1. Actualiza el currículum. Hay que cuidar el diseño, que debe estar acorde con la imagen que queremos transmitir. Algunos procesadores de texto incluyen plantillas específicas que pueden resultar útiles y fáciles de usar. Ya no se trata de compilar únicamente todos los cargos por los que has pasado, sino que también hay que poner el foco en los logros, las habilidades y competencias y la experiencia, enfatizando aquello que te posicione mejor de cara al puesto al que aspiras. No es recomendable que supere las dos caras.

2. Actualiza tu cualificación: Apuesta por la formación con certificaciones y cursos presenciales u online que mejoren tu perfil profesional y que te ayuden a compensar aquellas debilidades que hayas detectado en tu perfil profesional.

3. Relaciónate con otras personas. El networking te puede ayudar a crear una red de contactos profesionales que pueden abrirte las puertas a nuevos empleos, ya sea porque te dan a conocer las ofertas de empleo ocultas o porque te pueden recomendar o dar referencias como profesional.

Otros consejos claves para buscar empleo con más de 45 años

A la hora de trazar tu estrategia para cambiar de despacho, debes tener en cuenta los siguientes consejos:

Destaca tu experiencia como tu más valioso activo. Esta es una de tus principales ventajas competitivas a la hora de buscar una nueva oportunidad laboral en otro bufete. A partir de los 45 años tu trayectoria profesional ya cuenta con un valor que deberías destacar no solo en tu currículum, también en las entrevistas de trabajo, comidas con otros abogados de la competencia o eventos profesionales a los que asistas. No hay que limitarse a enumerar las empresas por las que has pasado o los cargos que has ocupado, ve más allá y habla de los proyectos más desafiantes en los que has participado y detalla lo que has aportado a cada uno de ellos. También si has tenido que liderar alguna iniciativa, si has tenido que gestionar equipos multidisciplinares o diversos, los procedimientos en los que has colaborados, las herramientas que has tenido que utilizar y lo que te han aportado, etc. Todo esto marcará la diferencia.

Habilidades blandas o “soft skills”. A través de los años de trabajo, has tenido que lidiar con conflictos, retos, desafíos de diversa índole que has tenido que gestionar o ayudar a resolver. Estas habilidades blandas o “soft skills” se han ido reforzando y potenciando con el paso de los años. Son competencias y actitudes personales que te hacen mejor profesional y que te dotan de las cualidades para dirigir y liderar equipos, como la madurez, la capacidad resolutiva, la templanza, el pensamiento crítico o el control emocional. ¿Cómo puedes destacarlas?  En primer lugar, reflexiona sobre cómo eres en el día a día en tu empresa y qué situaciones límite has tenido que afrontar. Después, piensa en las cualidades humanas que te han ayudado a afrontar estos problemas. Y por último, elabora un breve discurso que, de manera natural, te permita explicar estas habilidades con las que cuentas, sus efectos positivos en el entorno profesional y cómo pueden ayudarte a ejercer tus funciones en un nuevo bufete. Este breve discurso debería ser parte de la respuesta que des cuando te preguntan por qué deben contratarte.

Transmite seguridad con humildad. La edad y la experiencia ayudan a tener más seguridad a la hora de sacar el trabajo adelante, al trazar una estrategia jurídica adecuada al conflicto que tienes entre manos. Es una ventaja respecto de los profesionales más jóvenes e inexpertos. Pero evita caer en la soberbia o ser condescendiente, ya que la combinación idónea de un profesional sénior es la capacidad y la seguridad que da la experiencia mezclada con humildad. Debes creer y confiar en ti y en tu buen hacer en el ámbito laboral, pero no debes caer en el error de presentarte como superior a otros solo por tener más edad, especialmente si la persona que te está entrevistando es más joven. Es mejor plantear tu presencia desde un punto de vista de la generosidad de querer compartir tus conocimientos con los más jóvenes, a los que puedes apoyar para transformarse en mejores profesionales.

Elabora un argumentario. Tendrás que responder a numerosas preguntas sobre lo que hay detrás de esta búsqueda de nuevos horizontes profesionales. Prepara las respuestas y los argumentos más adecuados, que sean creíbles y evita cualquier crítica a tu actual lugar de trabajo: a los entrevistadores no les gusta que hables mal de tu despacho actual o de tus compañeros. Tampoco de aquellos bufetes o empresas en los que has trabajo en el pasado. El objetivo es que perciba que quieres incorporarte a la empresa nueva porque consideras que es una gran oportunidad, en lugar de que piense que estás desesperado por dejar tu actual puesto.

Sé activo utilizando LinkedIn. No se trata solo de crear una cuenta, sino de ser activo. Esto no quiere decir que tengas que publicar continuamente tus pensamientos y opiniones, sino que debes trazar un plan estratégico para mejorar el valor de tu perfil profesional, compartiendo éxitos, logros o reflexiones sobre tu área de especialización, reconociendo a otros colegas de profesión, dando a conocer las jornadas o sesiones en las que participas. No hay que saturar, pero tampoco se trata de publicar una vez al mes.

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