Después de 18 meses de debates muy detallados en relación con los diferentes aspectos de este proyecto, el Eurogrupo decidió tomarse un tiempo para reflexionar sobre el trabajo realizado, dónde está ahora y las opiniones concretas sobre las áreas clave de este proyecto.
Euro digital
Los bancos centrales nacionales de la zona del euro estudian la conveniencia de introducir un euro digital. Sería una moneda digital de banco central, un equivalente electrónico al efectivo. Y complementaría los billetes y monedas, dando a los ciudadanos una opción adicional para sus pagos.
Un euro digital ofrecería un medio de pago electrónico que cualquier persona podría utilizar en la zona del euro. Sería seguro y fácil de usar, al igual que el efectivo en la actualidad. Puesto que sería dinero de banco central emitido por el BCE, sería distinto del «dinero privado», pero también podría utilizarse una tarjeta o una aplicación en el móvil para pagar con euros digitales.
Un euro digital podría apoyar los objetivos del Eurosistema, ofreciendo a los ciudadanos acceso a una forma segura de dinero en un mundo digital en rápida evolución. Además, sería dinero de banco central disponible en formato digital para su uso en pagos de pequeño importe.
Actividad del Eurogrupo
El Eurogrupo reúne a ministros de la zona del euro para debatir cuestiones relativas a su moneda común. Desde el inicio de la investigación sobre la posible emisión de un euro digital en octubre de 2021 en respuesta a la invitación de los líderes en la Eurocumbre, el Eurogrupo ha mantenido intercambios de opiniones periódicos sobre las dimensiones políticas clave de un euro digital. Esta investigación no prejuzga ninguna decisión futura sobre la posible emisión de un euro digital, que solo vendría después de una mayor exploración en una posible fase de realización.
Para tener éxito, un euro digital debe ser un proyecto común europeo e inclusivo, apoyado por el público europeo y construido sobre una sólida base democrática. Por lo tanto, acoge con beneplácito el compromiso del Banco Central Europeo y la Comisión Europea de informar regularmente al Eurogrupo y a los Estados miembros de la UE y garantizar una preparación técnica exhaustiva de nuestras discusiones.
El Eurogrupo considera que la introducción de un euro digital, así como sus principales características y opciones de diseño, requiere decisiones políticas que deben discutirse y tomarse a nivel político. La creación de un euro digital requeriría una base jurídica adecuada, en la que participen el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea sobre la base de una propuesta legislativa de la Comisión Europea.
Balance de los avances del proyecto
El 16 de enero de 2023 el Eurogrupo ha hecho balance de los avances en el proyecto del euro digital. El presidente del BCE presentó las opciones de diseño y distribución aprobadas recientemente por el Consejo de Gobierno del BCE.
El Eurogrupo reafirma su apoyo a los continuos esfuerzos de todas las instituciones europeas y nacionales involucradas en el trabajo preparatorio para la posible emisión de un euro digital, y fomenta un alto nivel de innovación y ambición en la exploración de sus posibles opciones de diseño y distribución. Dependiendo de su diseño, un euro digital podría desempeñar un papel clave en una economía cada vez más digitalizada al fortalecer la autonomía estratégica abierta de la Unión Europea, reflejando el papel geopolítico central que desempeñan los sistemas de pago, en el fomento de la innovación del sector financiero y la entrega de beneficios para los ciudadanos. las empresas y los Estados miembros, preservando al mismo tiempo el papel del dinero del banco central como ancla de nuestro sistema monetario.
En consonancia con su declaración adoptada en febrero de 2022, el Eurogrupo debatió varias cuestiones clave relacionadas con el euro digital durante el último año y proporcionó puntos de vista sobre los objetivos generales y las dimensiones políticas de un euro digital, complementando así el trabajo realizado por el BCE y la Comisión, con pleno respeto de las funciones institucionales y los mandatos de todos los actores involucrados. Durante nuestras discusiones, se plantearon las siguientes cuestiones:
Un euro digital debe complementar, y no reemplazar, el efectivo, y debe garantizar el acceso al dinero del banco central para los usuarios de la zona del euro en tiempos de mayor digitalización en los pagos. Un euro digital debe ser seguro y resistente, garantizar un alto nivel de privacidad, ser fácil y conveniente de usar y ampliamente accesible para el público, incluso en términos de costos para los usuarios finales. Los ministros también pidieron que se consideren las implicaciones ambientales del diseño del euro digital.
Para tener éxito, el euro digital debe asegurar y mantener la confianza de los usuarios, para los cuales la privacidad es una dimensión clave y un derecho fundamental. Al mismo tiempo, el Eurogrupo también consideró que el diseño de un euro digital debe cumplir con otros objetivos de política como prevenir el blanqueo de capitales, la financiación ilícita, la evasión fiscal y garantizar el cumplimiento de las sanciones. Se podría seguir un enfoque basado en el riesgo para permitir una mayor privacidad en el caso de transacciones menos riesgosas, lo que podría garantizar una adopción más amplia del euro digital entre los ciudadanos con una mayor preferencia por la privacidad. El Eurogrupo también apoya la exploración de una funcionalidad fuera de línea que serviría a una gama más amplia de casos de uso y también contribuiría a la inclusión financiera al facilitar el uso por parte de los ciudadanos en diferentes escenarios.
Un euro digital debe aspirar a salvaguardar la estabilidad financiera de la zona del euro. Deben limitarse los riesgos potenciales para la estabilidad financiera, por ejemplo, imponiendo límites de tenencia y restricciones en el diseño del euro digital, manteniendo al mismo tiempo su atractivo como medio de pago. Los parámetros de tales características deben analizarse y discutirse más a fondo sobre la base de un análisis cuantitativo exhaustivo y su implementación debe tener en cuenta el entorno económico y financiero prevaleciente. El diseño y la introducción de un euro digital no deberían menoscabar la capacidad y la independencia del Sistema Europeo de Bancos Centrales para garantizar la transmisión monetaria a fin de cumplir su mandato de estabilidad de precios.
Garantizar un alcance paneuropeo del euro digital y al mismo tiempo catalizar la innovación en el sector financiero y la complementariedad con soluciones privadas debería ser una prioridad. El ecosistema del euro digital debe aprovechar la fuerza y la experiencia de los participantes públicos y privados y basarse en la infraestructura europea. Si bien se necesita más trabajo sobre la asignación precisa de competencias, considera que los intermediarios supervisados podrían desempeñar un papel importante en el ecosistema del euro digital.
El euro digital podría ser un componente básico de la futura arquitectura de soluciones de pago de última generación. Con este fin, podría permitir iniciar un pago automáticamente cuando se cumplan las condiciones predefinidas, lo que significa que los usuarios podrían programar pagos. Sin embargo, como dinero, el euro digital debe ser convertible en todo momento y en toda la zona del euro al mismo nivel que otras formas del euro, como los billetes y los depósitos bancarios comerciales. Por tanto, el euro digital no puede ser un dinero programable.
Deben considerarse medidas reglamentarias apropiadas, incluida la concesión del estatus de moneda de curso legal al euro digital, a fin de garantizar la coherencia con el efectivo y hacer que el dinero digital del banco central sea ampliamente accesible para uso minorista a todos los usuarios finales de la zona del euro, teniendo en cuenta al mismo tiempo la distribución de los costes y tecnologías requeridas.
El euro digital debe centrarse de manera prioritaria en las necesidades y especificidades de la zona del euro. La interoperabilidad con otras monedas digitales del banco central debería ser una característica importante del euro digital, incluso para las transacciones entre monedas. Esto también tendrá en cuenta el desarrollo de CBDC por parte de otras jurisdicciones, con el fin de aprovechar los beneficios potenciales de transacciones transfronterizas más rápidas, económicas y seguras. Por otro lado, los riesgos asociados al uso de un euro digital fuera de la eurozona deben ser mitigados y monitorizados.
Labor futura
El Eurogrupo seguirá desempeñando un papel activo en el debate de las cuestiones políticas clave que subyacen a un euro digital. Confía en que el BCE, los bancos centrales nacionales de la zona del euro y la Comisión sigan trabajando en la evaluación de los aspectos clave del euro digital, y está dispuesto a contribuir a estos debates, incluso en relación con los costes y beneficios, el uso internacional del euro digital e implicaciones políticas de la arquitectura subyacente. También discutirá en formato inclusivo las implicaciones relevantes para los Estados miembros que no pertenecen a la zona del euro y escuchará sobre su progreso y planes sobre la introducción de CBDC. Espera con interés los resultados del ejercicio de creación de prototipos realizado por el BCE. Además, las soluciones técnicas apropiadas y los arreglos comerciales necesarios para proporcionar un euro digital serán un aspecto clave a considerar en la realización de un euro digital.
El Eurogrupo también acogió con satisfacción la intención de la Comisión de presentar en el primer semestre de 2023 una propuesta legislativa que establezca el euro digital y regule sus principales características , sujeto a la decisión de los colegisladores.
Por último, el Eurogrupo tomo nota de que el Consejo de Gobierno del BCE revisará el resultado de la fase de investigación en otoño de 2023 y decidirá sobre esta base si pasa a una fase de realización. La posible emisión de un euro digital solo llegaría en una etapa posterior y dependería necesariamente de la evolución legislativa de la UE.