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Antecedentes

El estado de conservación del lobo ha mostrado una tendencia positiva en las últimas décadas. Según un estudio de la Comisión Europea de 2023, la especie se ha recuperado con éxito en todo el continente europeo, y su población estimada casi se ha duplicado en 10 años (de 11 193 ejemplares en 2012 a 20 300 en 2023). Sin embargo, esta continua expansión ha generado desafíos socioeconómicos, en particular en lo que respecta a la coexistencia con las actividades humanas y los daños al ganado. Según los últimos datos disponibles de los Estados miembros, se estima que los lobos matan al menos 65 500 cabezas de ganado cada año en la UE.

El Convenio de Berna, adoptado en 1979 y entrado en vigor en 1982, es un tratado internacional bajo la égida del Consejo de Europa que tiene como objetivo garantizar la conservación y protección de las especies vegetales y animales silvestres y sus hábitats naturales.

Para ello, el Convenio impone obligaciones jurídicas a las partes contratantes, protegiendo más de 500 especies de plantas y más de 1000 especies de animales silvestres. Su órgano decisorio, el Comité Permanente, se reúne anualmente en Estrasburgo. La UE y sus Estados miembros son partes del Convenio de Berna.

Mayor flexibilidad

El nuevo estatus otorgará mayor flexibilidad a los Estados miembros para gestionar las poblaciones de lobos. No obstante, los Estados miembros deben seguir garantizando el estado de conservación favorable del lobo y podrán seguir clasificándolo como especie estrictamente protegida en su legislación nacional, así como implementar medidas más estrictas para su protección.

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