
Moisés Barrio Andrés
Letrado del Consejo de Estado. Asesor de diversos Estados y de la Unión Europea en materia de regulación digital
Profesor de Derecho digital
Director del Diploma de Alta Especialización en Legal Tech y transformación digital (DAELT) de la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense de Madrid
1. Introducción
Este nuevo año 2025 ha arrancado con un cambio de una importancia muy significativa en la regulación global de la inteligencia artificial. La meta final aún no está clara, pero la reciente Cumbre sobre Inteligencia Artificial celebrada los días 10 y 11 de febrero de 2025 en París reveló dos tendencias principales.
De una parte, la Unión Europea (UE) quiere dar a entender que está preparada para la carrera de la IA y dispuesta a adoptar medidas de calado para seguir siendo competitiva, sobre todo frente a China y Estados Unidos. Incluso ha retirado la propuesta de Directiva sobre responsabilidad en materia de IA, a la que luego me referiré.
Por otra parte, Estados Unidos, ahora bajo la nueva administración del presidente Trump, avanza en una estrategia de clara desregulación. Así, ha revocado la anterior Orden Ejecutiva sobre IA del presidente Biden -la Executive Order on Safe, Secure, and Trustworthy Artificial Intelligence, de 30 de octubre de 2023-, y ha dejado claro en la cumbre que no aceptará restricciones normativas de la UE.
2. El cambio del discurso
A continuación, cabe apuntar algunas citas de líderes mundiales en la señalada Cumbre sobre IA que ilustran este cambio de narrativa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró lo siguiente: «Europa va a acelerar; Francia va a acelerar, y por eso nosotros, Francia, vamos a anunciar mañana en esta cumbre 109.000 millones de euros de inversión en IA en los próximos años». Dicha inversión se llevaría a cabo con la participación de las empresas francesas Iliad, Orange y Thales.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó al respecto: «Queremos que Europa sea uno de los continentes líderes en IA. Y esto significa adoptar un modo de vida en el que la IA esté en todas partes. La IA puede ayudarnos a impulsar nuestra competitividad, proteger nuestra seguridad, reforzar la salud pública y democratizar el acceso al conocimiento y la información. Y esto es lo que ustedes —emprendedores e investigadores, inversores y líderes empresariales— están mostrando aquí en París. Este es un atisbo del continente de la IA en el que queremos convertirnos».
El vicepresidente estadounidense, James David Vance, advirtió: «La administración Trump está preocupada por los informes de que algunos gobiernos extranjeros están considerando apretar las tuercas a las empresas tecnológicas estadounidenses con presencia internacional. Ahora Estados Unidos no puede y no aceptará eso».
3. La retirada del proyecto de Directiva sobre responsabilidad en materia de IA
Con fecha 28 de setiembre de 2022, la Comisión Europea presentó la Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la adaptación de las normas de responsabilidad civil extracontractual a la inteligencia artificial (Directiva sobre responsabilidad en materia de IA) (1) .
El proyecto pretendía facilitar la prueba de la culpa y de la relación de causalidad en el caso de daños causados por sistemas de inteligencia artificial que deban resolverse de acuerdo con las respectivas legislaciones nacionales de responsabilidad por culpa. En efecto, en materia de daños causados por IA se produce el efecto de caja negra, es decir, la dificultad a la que se enfrentan los damnificados para probar el acto ilícito, así como la identificación del causante del daño, provoca, en muchos casos, la indefensión del perjudicado. Ante esta situación, el proyecto incorporaba una serie de medidas que favorecían la obtención de la prueba y la identificación de las personas potencialmente responsables. Además, introducía la llamada «presunción de causalidad» que pretende facilitar la prueba del nexo causal entre el daño y el hecho culposo generado por la IA.
Sin embargo, y a resultas de la citada Cumbre, la Comisión Europea ha retirado dicho proyecto. Henna Virkkunen, la nueva Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, la Seguridad y la Democracia de la Comisión Europea justificó la retirada indicando que la UE simplificaría sus normas y las aplicaría de forma «favorable a las empresas», lo cual abre bastantes interrogantes desde un punto de vista jurídico, especialmente cuando se trata de reducir riesgos y proteger derechos fundamentales de los ciudadanos.
4. El inicio de la aplicación del Reglamento europeo de inteligencia artificial
Como es sabido, el Reglamento europeo de inteligencia artificial (2) , RIA en lo sucesivo, publicado oficialmente el 12 de julio de 2024 y que entró en vigor el 1 de agosto de 2024, es el primer marco jurídico global sobre la inteligencia artificial (IA) en todo el mundo. Su ambicioso objetivo es fomentar una IA digna de confianza en Europa, garantizando que el desarrollo y el despliegue de los sistemas de IA respeten los derechos fundamentales, la seguridad, la democracia y el Estado de Derecho, al tiempo que apoya la innovación.
El 2 de febrero de 2025 han comenzado a ser aplicables sus capítulos I y II, es decir, las disposiciones generales y las prácticas de IA prohibidas del art. 5 RIA.
5. Conclusión
El panorama regulatorio ha cambiado y uno de los exponentes es el cambio de política adoptado por la administración Trump, que apuesta decididamente por la desregulación. Como consecuencia, la UE está cambiando abiertamente su narrativa para reposicionarse como un actor más competitivo. Informes recientes de la UE, como el de Mario Draghi, ya comentado en el número anterior de esta revista, han intensificado la presión interna en esta dirección. Parece por tanto que el nuevo horizonte vendrá presidido por una mayor competitividad y una aplicación más débil de las previsiones del RIA.