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Desmitificando la inteligencia artificial en el sector legal

Eva BRUCH

Socia +More Than Law

Diario La Ley, Nº 1, Sección Legal Management, 13 de Diciembre de 2016, Wolters Kluwer

LA LEY 9518/2016

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Resumen

El incremento de capacidad de la inteligencia artificial así como sus cada vez mejores resultados, junto con la reducción de las barreras económicas para acceder a ella, ha consolidado una potente industria de soluciones diseñadas específicamente para el sector jurídico.

I. INTRODUCCIÓN

La inteligencia artificial ni es nueva ni es algo que ha surgido de la noche a la mañana. De la misma forma que el hombre soñó con volar y lo consiguió, también nuestros ancestros imaginaron replicar el funcionamiento de la mente humana desde el punto de vista racional en un entorno ajeno a la cavidad craneal. Dicho anhelo, que se remonta a los filósofos antiguos incluyendo a Ramón Rull en 1315, tuvo su momento álgido en 1950 con el matemático británico, maratoniano y corredor de ultra distancia Alan Turing, considerado el padre de la inteligencia artificial al idear una prueba cuyo objetivo era determinar si una máquina era inteligente o no. El famoso Test de Turing consistía en que un evaluador entablaba una conversación con una máquina y una persona a la vez sin que el primero supiera quién había dado las respuestas. El test se considerará superado, es decir, se podría considerar que la máquina es inteligente, si el evaluador no puede distinguir de forma acertada entre las respuestas de la máquina y las del humano.

A lo largo de los años y tras algunos vaivenes en la investigación en este campo, se crearon los primeros sistemas avanzados, denominados «sistemas expertos», capaces de ejecutar algunas tareas que requerían cierta capacidad de raciocinio, como por ejemplo la gestión del conocimiento. A finales de los años 90 muchas empresas grandes habían testado estos sistemas sin embargo, su complejidad, elevado coste y eficacia aún muy limitada en replicar funciones del intelecto humano hizo que disminuyera el interés comercial en esta tecnología.

En el año 2010 ninguna máquina había sido capaz de superar aún la Prueba de Turing pero en 2011, Watson de IBM, gana el concurso de preguntas y respuestas «Jeopardy» venciendo a los dos mejores concursantes de la historia del programa, un reto que significó que la máquina había vencido al cerebro humano. La hazaña de Watson no es casual; se produce en un momento cuyas especiales características contribuyen a su éxito: Internet y las redes sociales, alimentadas a diario por millones de usuarios, proporcionan gran cantidad de información favoreciendo así los procesos de aprendizaje de las máquinas mediante su exposición a cantidades ingentes de datos.

También el espectacular incremento de la capacidad de los microprocesadores y la velocidad con la que pueden ejecutar algoritmos, así como el menor coste de la tecnología, ha permitido que muchas más empresas investiguen y desarrollen proyectos en el campo de la inteligencia artificial. El incremento de la capacidad de la inteligencia artificial así como sus cada vez mejores resultados, junto con la reducción de las barreras económicas para acceder a ella, ha consolidado una potente industria que, ahora sí, comercializa soluciones y aplicaciones diseñadas específicamente para sectores concretos de actividad, entre ellos el jurídico.

En mi opinión, el advenimiento de la inteligencia artificial en nuestro sector es solamente comparable a la aparición del correo electrónico e Internet en términos de su capacidad para transformar la manera en que los abogados trabajamos.

II. EL SECTOR JURÍDICO

Creo no descubrir nada al afirmar que a los abogados, en su mayoría, los temas tecnológicos no les resultan muy familiares y acostumbran a ofrecer cierta resistencia a cambiar la forma en que están acostumbrados a trabajar. Los grandes despachos, con sus CIOs o responsables de sistemas de información, disponen de numerosos medios tecnológicos al servicio de sus abogados, pero en España esto se traduce en apenas un puñado de despachos.

Para el resto de despachos, la adopción de tecnología queda a merced de estresados socios cuya principal preocupación en los últimos años ha sido mantener o incrementar la facturación mediante fichajes laterales, comisionando a sus abogados para que aporten negocio o implementando planes de marketing. Se trata de habilidades nuevas que los despachos están desarrollando y que merecen ser doblemente aplaudidas: por un lado porque han tenido que aprenderlas en muy poco tiempo, pues no hace tanto que a los abogados se les permite hacer publicidad, y del otro, por la superación de ese miedo o aversión a vender tan arraigado en nuestro sector.

Pero también la sociedad a cambiado y con ella nuestros clientes, que ahora tienen más opciones donde elegir, están más informados sobre temas jurídicos, la capacidad técnica jurídica se le presupone al abogado y la diferenciación entre unos y otro, salvo en casos muy concretos, ya no está en ese conocimiento jurídico, sino en el precio del servicio y la forma en que éste es prestado, es decir, la experiencia del cliente.

Competir en precio es arriesgado, pues siempre habrá quién lo fije más bajo y si la estrategia es aumentarlo, tendremos que acompañar ese incremento con algo que el cliente valore, ya sea un mayor expertise para aquellos asuntos críticos que de forma ocasional debe afrontar una persona o empresa, o un mejor servicio en todos los asuntos, sea del tipo que sean.

Las aplicaciones jurídicas que utilizan soluciones de inteligencia artificial, mejoran el servicio prestado al cliente creando esa diferenciación positiva y logrando así una mayor satisfacción del cliente.

III. LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL SECTOR JURÍDICO

De entre los distintos tipos de inteligencia artificial que actualmente funcionan en el mercado, el que se encuentra en un estado más avanzado es el Machine Learning cuyas aplicaciones para empresas, entre ellas despachos de abogados, ofrecen múltiples soluciones dentro de un amplísimo abanico de costes. Sin entrar en detalles técnicos sobre su funcionamiento podría resumirse esta tecnología como aquella con capacidad para analizar datos, clasificarlos, mostrar tendencias, realizar predicciones sobre ellos y, aprender con cada nueva información que recibe.

Indico a continuación algunas de los aspectos que un despacho de abogados puede mejorar mediante tecnologías de inteligencia artificial.

• Extracción y análisis de información de grandes cantidades de documentación.

La tecnología del e-discovery, más utilizada en jurisdicciones americanas y anglosajonas, se ve potenciada y mejorada mediante el Machine Learning en los resultados obtenidos, siendo éstos más precisos, más relevantes para la investigación y reduciendo a su vez el tiempo de ejecución.

• Análisis de contratos.

Con una sólida base en la tecnología del e-discovery, otras aplicaciones de Machine Learning se han centrado en el análisis contractual. Por ejemplo, para revisar contratos buscando el grado de disparidad de un contrato respecto del que se ha considerado como modelo y mostrando las partes que no son coincidentes en un mapa de color visual. También para pre-clasificar contratos en base a su tipología o la información contenida en ellos diferenciando, por ejemplo, aquellos que contienen un acuerdo de confidencialidad de los que no, o los que contienen cláusulas de garantía de los que no, o clasificar aquellos que sí tienen dicha cláusula de garantía en función de su tipología.

Estas son tareas que actualmente se hacen de forma manual en la mayoría de despachos y que estas aplicaciones pueden completar de forma automática requiriendo menos de un día su instalación y ajuste para tenerlas en funcionamiento. Al ahorro de tiempo logrado, junto a la mejora de los resultados, se añade la generación automática de informes resumiendo los resultados obtenidos, algo que sin duda agradará al cliente a quién enviábamos semanalmente un informe, quién ahora lo recibirá, si lo desea, a diario, o incluso en tiempo real.

• Automatización documental

Esta capacidad de análisis de contratos puede sumarse a una función no tan desconocida por nuestros despachos como la automatización de contratos. Hace ya años que los despachos deberían haber superado el uso de plantillas o modelos que los abogados adaptan a cada caso o cliente para utilizar soluciones automáticas tipo «drag and drop», bibliotecas de cláusulas o similares. Estas aplicaciones se complementan ahora con la capacidad de prefijar, por ejemplo para un cliente, el margen de negociación autorizado (en texto o importe económico) y emitir informes identificando tendencias por zonas, equipos comerciales, tipos de contrato, etc… La analítica que aportan los algoritmos de inteligencia artificial sobre los datos recogidos permiten detectar tendencias que muchas veces pasarían desapercibidas para la mayoría de personas.

• Creación de flujos de trabajo o diseño de procesos

Organizar, estructurar y medir los trabajos que se realizan a diario, tanto jurídicos como administrativos, es la base para conocer la rentabilidad de los asuntos llevados en el despacho. Pero además de conocer esta rentabilidad, la medición también permite mejorar día a día la prestación del servicio al detectar áreas de mejora, descubrir cuellos de botella que podremos gestionar y mediante el análisis de los datos históricos del despacho, hacer estimaciones a futuro tanto económicas como en plazo y alcance de los asuntos para nuestros clientes. Las tecnologías que permiten este tipo análisis son conocidas desde hace muchos años y se caracterizan por su complejidad de uso, una dilatada curva de aprendizaje, elevados costes de implantación y larga duración de los procesos de implantación.

La inteligencia artificial ha logrado simplificar este proceso en todas sus vertientes pues ahora, también en el sector jurídico, existe tecnología que permite diseñar los procesos de trabajo del despacho o del departamento jurídico en pocas semanas. Adaptar estos procesos, cambiarlos o crear nuevos puede realizarlo cualquier persona de la firma o la empresa con unos mínimos conocimiento de ofimática. Hablamos ahora de una inteligencia artificial «no visible» que reduce hasta niveles casi impensables el grado de dificultad en la implementación de estas herramientas cuyo sello de identidad es el «no uso de programación».

La parte visible de esta inteligencia artificial radica en el análisis de los datos recogidos en el uso de la aplicación a través de los procesos establecidos y el avanzado sistema de informes que permiten analizar la información desde todos los puntos de vista que el usuario pueda necesitar.

• Gestión del conocimiento y modelos predictivos

La búsqueda de información como la hemos conocido hasta ahora está prácticamente destinada a desaparecer. La clasificación de documentación mediante etiquetas o palabras clave y su recuperación a través de operadores booleanos queda ampliamente superado por los sistemas de búsqueda inteligente.

Los principales gigantes del sector, Lexis Nexis, Thomson Reuters y Wolters Kluwer se dieron cuenta de ello rápidamente y en acertados movimientos estratégicos el primero adquirió la startup jurídica Lex Machina, que analiza datos de juzgados y tribunales en sus decisiones sobre temas relativos a patentes para ayudar al abogado a decidir en qué juzgado obtendrán el mejor resultado para su caso. Thomson Reuters, por su parte, está desarrollando un proyecto con IBM Watson para integrar su tecnología en varios de sus productos cuyo lanzamiento en versión beta está prevista para finales de este año. Wolters Kluwer está trabajando en el área del Big Data para complementar sus soluciones de movilidad y sistemas en la nube. Esta es la forma en que tanto despachos de abogados de todos los tamaños como asesorías jurídicas de empresa accederán a las tecnologías más avanzadas de análisis de datos y modelos predictivos.

Los ejemplos citados no son exhaustivos ni agotan las posibilidades de la inteligencia artificial en nuestro sector, que en los próximos años veremos como los despachos la incorporan para mejorar sus prácticas y organización interna.

Quisiera poner un último ejemplo de un proyecto desarrollado por nuestra consultora con la asesoría jurídica de una gran empresa, quién buscaba una solución para acortar el tiempo que transcurre entre que un documento entra en la empresa en cualesquiera de sus doce sedes en toda España, hasta que éste llega al departamento jurídico ubicado en una de dichas sedes. En algunos casos los abogados podían recibir estos documentos solamente dos o tres días antes del fin de plazo para contestar. Mediante la implantación de un sistema de reconocimiento documental (utilizando la tecnología del Machine Learning) una vez escaneado el documento el software es capaz de reconocerlo y, desde cada una de las sedes, enviarlo por correo electrónico de forma automática al abogado responsable del asunto dentro del departamento jurídico. La única intervención humana en el proceso consiste en el escaneo de la documentación, intervención que no es necesaria cuando los documentos son recibidos mediante notificación electrónica en cuyo caso el software completa todo el proceso.

IV. FACTORES DE DECISIÓN PARA EL USO DE LA IA EN UNA FIRMA

Todos los despachos, en un futuro más próximo de lo que pensamos, van a utilizar algún tipo de aplicación de inteligencia artificial. Este uso puede venir integrado en las bases de datos jurídicas comercializadas por las grandes empresas del sector, o bien por la contratación directa de aplicaciones con capacidad para abordar algunas de las funciones vistas. Es en esta segunda situación donde los despachos pueden tener ahora más dudas acerca de qué tecnología utilizar y como abordar el proceso.

No todos los despachos necesitarán el mismo tipo de tecnología. La respuesta a la solución de inteligencia artificial que les pueda convenir vendrá definida por varios factores:

  • El modelo de negocio.
  • La estrategia y objetivos marcados.
  • El tipo de cliente al que atienda.
  • La tipología de asuntos en función de su nivel de complejidad.
  • El tamaño del despacho.
  • Los recursos de que disponga.

Un despacho pequeño tipo boutique, especializado en asuntos de alta complejidad, seguramente no precisará de un sistema integral de gestión de procesos con automatización documental, siendo más aconsejable empezar por estudiar el uso de sistemas predictivos y superbuscadores. Un despacho con un enfoque más generalista puede considerar que el tipo de cliente atendido, entre otros factores, quizás no justifique la implantación de sistemas de Machine Learning de manera generalizada en el corto plazo; sin embargo puede abordar proyectos a pequeña escala para dos o tres clientes cuyas especiales características sí lo aconsejen. Esto permitiría al despacho avanzar en la aplicación y conocimiento de estas tecnologías generando a la vez una diferencia en valor y servicio a los clientes beneficiaros.

V. INTELIGENCIA ARTIFICIAL, OPORTUNIDAD O NECESIDAD

Por todo cuanto se ha expuesto podemos identificar el uso de la inteligencia artificial de forma clara como una oportunidad para aquellos que empiecen a utilizarla en beneficio de sus clientes, sobre todo en un momento aún inicial de su implantación en el sector jurídico.

Pero más allá de esta oportunidad debemos tener en cuenta que estas tecnologías tienen un despliegue mucho mayor a prácticamente todos los sectores económicos. Cada vez hay más empresas y startups invirtiendo en ellas. Con su evolución, de forma inevitable, surgirán dudas de tipo jurídico y conflictos que necesitarán respuesta de nuestros abogados.

La tecnología del blockchain y los smartcontracts o contratos inteligentes por ejemplo, a pesar de su relativa inmadurez, va a transformar la forma en que se realizan las transacciones comerciales. El trabajo de los abogados se verá afectado por dicha tecnología, pero más allá de esto, que podríamos contemplar otra vez como una oportunidad, los clientes van a esperar que conozcamos esta tecnología y que les asesoremos en los efectos jurídicos de dichas transacciones. Es en este momento cuando la inteligencia artificial deja de ser una oportunidad para convertirse en una necesidad.

Gestión interna y desarrollo de negocio parecen ser las caras de una misma moneda que los despachos de abogados tendrán que incorporar en un plazo relativamente corto de tiempo.

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jaime Eduardo Santos|04/04/2017 17:38:51
El año anterior en Barcelona durante el congreso anual de movilidad (MWC) y este año en Hannover durante CEBIT, pude observar que la IA llego a un punto de maduración que los abogados no podemos desconocer para nuestro trabajo y menos los jueces. Así que este artículo me parece muy pertinente. ( www. jaimeeduardosantosmera.com)Notificar comentario inapropiado
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