Fernando Vives, presidente ejecutivo de Garrigues
Recientemente se ha dado a conocer el informe de Wolters Kluwer «Future Ready Lawyer 2020» («Abogado del Futuro 2020»).
El informe, elaborado en base a una encuesta realizada a 700 profesionales del sector jurídico de 10 países (EEUU, España, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Hungría y Polonia), analiza las principales tendencias que van a condicionar el futuro, a tres años vista, del ejercicio de la Abogacía, y cómo se van a preparar tanto despachos como asesorías jurídicas corporativas para conseguir mejorar su rendimiento en un contexto tan cambiante como el presente.
Con motivo de la publicación del informe, Diario LA LEY ha realizado una serie de entrevistas a destacados representantes nacionales de la abogacía, la empresa, la universidad y la Administración, cuyas conclusiones se recogen en el informe, sobre ese futuro inmediato que espera al sector legal en nuestro país.
A continuación, se recoge la opinión al respecto de Fernando Vives,presidente ejecutivo deGarrigues.
El informe «Abogado del Futuro 2020» puede descargarse en este enlace.
¿Cómo ha impactado la situación generada por la pandemia en la forma de trabajar?
En el caso de Garrigues, una de las cosas que nos ha demostrado esta crisis es hasta qué punto estábamos preparados. La transformación digital acometida en los últimos años, tanto en términos de inversión en tecnología como de formación, ha dado sus frutos. En estas semanas, las cosas han funcionado muy bien y el despacho ha sido muy productivo.
¿Qué atributos o características considera que están siendo más relevantes para la resiliencia de los despachos durante esta crisis?
Los valores compartidos y la actitud hacia el cambio. De la noche a la mañana, nos hemos encontrado trabajando solo desde casa y recibiendo llamadas de nuestros clientes con una problemática diferente. Es una situación a la que no nos habíamos enfrentado antes. Como predecir lo que va a ocurrir en el medio o largo plazo es imposible, en Garrigues hemos trabajado para que los profesionales tengan la formación necesaria y la actitud adecuada para enfrentarse a cualquier situación y anticiparse a las necesidades del cliente, siempre guiados por la ética y la calidad de servicio. Por eso somos pioneros dentro del sector legal. Para mí no ha sido una sorpresa, pero la capacidad de adaptación que ha demostrado el equipo y el esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias de todos ha sido sobresaliente.
¿Qué áreas o profesionales jurídicos van a enfrentarse a cambios más disruptivos? ¿Cuál considera que va a ser el impacto a largo plazo sobre su forma de trabajar y sobre la oferta de valor que proponen a sus clientes?
Nos va a afectar a todas las áreas jurídicas y a todos los profesionales. La pandemia ha acelerado varios años (¿dos o tres?) la digitalización y la forma de ejercer la profesión va a sufrir cambios. Aunque el contacto personal seguirá siendo importante, es inevitable que se reduzcan las reuniones físicas en favor de las virtuales, que disminuyan los viajes y que el cliente reclame mayor inmediatez en el servicio.
En cuanto a las áreas, más allá del incremento de actividad que hoy viven áreas como laboral, en el corto plazo veremos el aumento de la actividad en los juzgados, que sufrirá cambios relevantes en cuanto a la forma de plantear las vistas. Además, se incrementará el trabajo de áreas como la protección de datos y la ciberseguridad. También se prevén cambios en el ámbito corporativo y de buen gobierno de las empresas, así como en materia contractual. En el ámbito tributario, surgirán nuevas figuras impositivas.
¿Estamos ante un cambio coyuntural en la forma de trabajar de los abogados, o se trata de un cambio definitivo, que ha venido para quedarse? En su caso ¿cómo debería reflejarse ese cambio en los planes formativos de los futuros abogados?
Creo que la situación que estamos viviendo va a acelerar los cambios que ya se estaban gestando. No creo que vaya a cambiar el sentido de las cosas, pero sí la rapidez con que determinadas cosas van a suceder. En todo caso, para un abogado lo esencial son los problemas de sus clientes y estos han cambiado, en muchos casos sustancialmente, en estas semanas.
Ya tenemos un plan de formación adaptado a las nuevas circunstancias.
¿Aumentará su inversión en tecnología a la vista del incierto futuro que plantea la pandemia (posibilidad de rebrotes, dificultades para viajar, etc.)? ¿Revisará su modelo tecnológico para aumentar su capacidad y desarrollo? ¿Qué tipo de soluciones tecnológicas considera que se han convertido en críticas, o al menos muy relevantes para el negocio legal?
En Garrigues, ya estábamos preparados para afrontar una situación como esta, con portátiles para todos los profesionales, sistemas de audio/video conferencia en todos los ordenadores, etc. Y hemos trabajado en remoto pudiendo ofrecer el mismo servicio que desde la oficina. Nuestro modelo tecnológico está en contaste evolución y revisión, y el aumento de capacidad es inherente al propio modelo. En los últimos años hemos hecho una inversión en tecnología importante y así seguirá siendo.
En cuanto a las soluciones tecnológicas críticas, sin duda las soluciones de comunicaciones integradas que permiten a equipos dispersos geográficamente trabajar de manera totalmente coordinada en tiempo real lo son, tanto para la comunicación entre nuestros profesionales como con nuestros clientes. Sobre estas plataformas, se construirán otras en un futuro próximo.
¿Cómo prevé que impacte la crisis económica, consecuencia de la sanitaria, en el negocio de la abogacía a corto y medio plazo?
Cuando, paulatinamente, volvamos a una cierta normalidad, lo que nos vamos a encontrar no es lo que dejamos. El desafío de toda la sociedad, la conservación y la adaptación del tejido productivo y económico, es enorme. Y las firmas de abogados tenemos la obligación de contribuir, desde el derecho, a contribuir a la construcción de una sociedad más justa, responsable y sostenible.
¿Qué medidas deberán adoptar para afrontar esos efectos? ¿Cree que habrá fusiones o integraciones de firmas?
Esta crisis, como ya demostró la anterior, está mostrando la importancia de la solidez, de la solvencia. De nada sirve crecer si ese crecimiento no permite contar con unas bases sólidas que permitan tomar las decisiones adecuadas cuando es necesario.
No creo que las fusiones de firmas vayan a ser el denominador común en esta situación. Pese a que se habla mucho de ello, hemos vivido muy pocas fusiones de firmas de abogados (si las comparamos con el tamaña del sector y con el número de firmas) y creo que va seguir siendo así, con carácter general.
Consulta otras entrevistas realizadas con motivo del informe «Abogado del Futuro 2020» / «Future Ready Lawyer 2020» |
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