Salvador Sánchez-Terán, Socio Director de Uría Menéndez
Recientemente se ha dado a conocer el informe de Wolters Kluwer «Future Ready Lawyer 2020» («Abogado del Futuro 2020»).
El informe, elaborado en base a una encuesta realizada a 700 profesionales del sector jurídico de 10 países (EEUU, España, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Hungría y Polonia), analiza las principales tendencias que van a condicionar el futuro, a tres años vista, del ejercicio de la Abogacía, y cómo se van a preparar tanto despachos como asesorías jurídicas corporativas para conseguir mejorar su rendimiento en un contexto tan cambiante como el presente.
Con motivo de la publicación del informe, Diario LA LEY ha realizado una serie de entrevistas a destacados representantes nacionales de la abogacía, la empresa, la universidad y la Administración, cuyas conclusiones se recogen en el informe, sobre ese futuro inmediato que espera al sector legal en nuestro país.
A continuación, se recoge la opinión al respecto de Salvador Sánchez-Terán, Socio Director de Uría Menéndez.
El informe «Abogado del Futuro 2020» puede descargarse en este enlace.
¿Cómo ha impactado la situación generada por la pandemia en la forma de trabajar?
En Uría Menéndez, todos estamos teletrabajando desde la segunda quincena del mes de marzo. El esfuerzo realizado en los últimos años en equipamiento tecnológico de última generación está permitiendo que todos trabajemos desde casa prácticamente de la misma forma en que lo haríamos estando físicamente en nuestras oficinas. Si bien todos echamos en falta la interacción social con nuestros equipos y compañeros, estamos pudiendo prestar nuestro asesoramiento profesional con los mismos parámetros de calidad con que acostumbramos a trabajar.
¿Qué atributos o características considera que están siendo más relevantes para la resiliencia de los despachos durante esta crisis?
En situaciones adversas como la actual, los principales factores de resistencia de un despacho son la diversificación y la versatilidad. En nuestro caso, prestamos un asesoramiento diversificado que cubre todas las áreas del derecho de los negocios, lo que facilita en determinadas circunstancias que unas áreas de práctica compensen a otras. Y, como complemento a la diversificación, es fundamental tener abogados versátiles que, por sus sólidos conocimientos jurídicos, en función del momento puedan llevar, con solvencia, asuntos de distinta tipología.
Y, por encima de todo, mantener la cohesión de la Firma y preocuparse por las personas, por todas y cada una de las personas, que la componen.
¿Qué áreas o profesionales jurídicos van a enfrentarse a cambios más disruptivos? ¿Cuál considera que va a ser el impacto a largo plazo sobre su forma de trabajar y sobre la oferta de valor que proponen a sus clientes?
Nuestra propuesta de valor radica en un conocimiento profundo tanto del derecho como de nuestros clientes y de sus problemas. Esto es lo que nos permite añadir valor y ser creativos para aportar a cada caso las soluciones más innovadoras. Siempre habrá necesidades complejas que deberán ser atendidas; esto no ha cambiado en estos meses ni cambiará en el futuro.
¿Estamos ante un cambio coyuntural en la forma de trabajar de los abogados, o se trata de un cambio definitivo, que ha venido para quedarse? En su caso ¿cómo debería reflejarse ese cambio en los planes formativos de los futuros abogados?
La situación actual ha impuesto forzosamente, y forma generalizada, prácticas de teletrabajo que ya existían antes. En nuestro caso, la preexistencia de los medios técnicos idóneos, junto con el buen funcionamiento del trabajo a distancia, nos indican que la tendencia para todos será la de ir a más teletrabajo. Esto es relevante en cuanto a la forma, pero no condiciona el fondo, que es lo principal: seguir contando con los mejores y más formados profesionales, y atender las necesidades más complejas de nuestros clientes.
¿Aumentará su inversión en tecnología a la vista del incierto futuro que plantea la pandemia (posibilidad de rebrotes, dificultades para viajar, etc.)? ¿Revisará su modelo tecnológico para aumentar su capacidad y desarrollo? ¿Qué tipo de soluciones tecnológicas considera que se han convertido en críticas, o al menos muy relevantes para el negocio legal?
El despacho ya había realizado una gran inversión para facilitar el trabajo en remoto de todos sus miembros, lo que nos ha permitido responder con rapidez a las necesidades de nuestros clientes manteniendo nuestros estándares de calidad y de seguridad. Algunas soluciones tecnológicas se mejorarán o adaptarán apoyándonos en lo que hemos aprendido durante estos meses en los que todos hemos estado trabajando con este nuevo modelo.
Claramente, las soluciones de colaboración entre abogados y con los clientes —que ya estábamos utilizando, aunque en situaciones más puntuales— se han convertido en una herramienta imprescindible en el día a día, y la integración de estas herramientas con el resto de nuestro entorno tecnológico actual y futuro (gestor documental, gestión del conocimiento, etc.) será una de las áreas de mayor inversión, junto a la muy relevante e imprescindible área de ciberseguridad.
¿Cómo prevé que impacte la crisis económica, consecuencia de la sanitaria, en el negocio de la abogacía a corto y medio plazo?
La crisis económica producirá un efecto de compensación entre áreas de práctica, con algunas que sufrirán caídas de actividad y otras en las que esta aumentará notablemente. En este sentido, la versatilidad de nuestros abogados será también determinante a la hora de asegurar que todos mantengan una buena carga de actividad, que las áreas más necesitadas se puedan ver reforzadas, que se mantengan los planes de formación continua, etc.
¿Qué medidas deberán adoptar para afrontar esos efectos? ¿Cree que habrá fusiones o integraciones de firmas?
Cada firma tendrá que adoptar las medidas más adecuadas en función de su estructura, de su cartera de clientes, de su solvencia financiera, etc. Personalmente, no creo que ante una situación coyuntural extrema como la que se está planteando la solución pase por una integración o fusión entre firmas. La clave es y seguirá siendo la capacidad de atraer y retener a los mejores abogados.
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