Jorge Badía, Consejero Delegado de Cuatrecasas
Recientemente se ha dado a conocer el informe de Wolters Kluwer «Future Ready Lawyer 2020» («Abogado del Futuro 2020»).
El informe, elaborado en base a una encuesta realizada a 700 profesionales del sector jurídico de 10 países (EEUU, España, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Hungría y Polonia), analiza las principales tendencias que van a condicionar el futuro, a tres años vista, del ejercicio de la Abogacía, y cómo se van a preparar tanto despachos como asesorías jurídicas corporativas para conseguir mejorar su rendimiento en un contexto tan cambiante como el presente.
Con motivo de la publicación del informe, Diario LA LEY ha realizado una serie de entrevistas a destacados representantes nacionales de la abogacía, la empresa, la universidad y la Administración, cuyas conclusiones se recogen en el informe, sobre ese futuro inmediato que espera al sector legal en nuestro país.
A continuación, se recoge la opinión al respecto de Jorge Badía, Consejero Delegado de Cuatrecasas.
El informe «Abogado del Futuro 2020» puede descargarse en este enlace.
¿Cómo ha impactado la situación generada por la pandemia en la forma de trabajar?
Ha sido un acelerador de procesos. El teletrabajo se ha implantado de forma generalizada a una velocidad que no habríamos podido imaginar hace apenas seis meses. En dos meses, hemos vivido una evolución que habría llevado años de forma natural. En mi caso, puedo hablar del proceso que ha experimentado Cuatrecasas, el cual ha sido fluido y satisfactorio.
La totalidad de nuestros profesionales trabaja en remoto desde el jueves 12 de marzo, excepto un pequeño número de personas que cubre servicios de mensajería, mantenimiento y seguridad de los edificios. Gracias a nuestra capacidad operativa y a nuestra fuerte apuesta tecnológica, hemos seguido prestando un servicio integral por parte todos nuestros profesionales. Desde el primer momento se realizó un refuerzo técnico de nuestro sistema de comunicaciones y se ampliaron nuestros servicios de respuesta técnica y resolución de incidencias. Además, creamos un comité de crisis que monitoriza en todo momento la situación. Las comunicaciones ahora se llevan a cabo por medio de videoconferencia, canal que ya utilizábamos de forma habitual y que ahora se está explotando al cien por cien en las reuniones internas y en las comunicaciones con clientes.
En cuanto a las consecuencias que hemos podido observar en el día a día, en primer lugar, destacaría que, sorprendentemente, muchos profesionales se sienten mejor comunicados que antes. Todos sentimos la falta de contacto presencial, pero en cierto modo sentimos más cercanía con algunos compañeros que antes: hemos animado a nuestros equipos a reunirse a diario por videollamada y a interesarse por el bienestar de sus compañeros. En estas videollamadas diarias hay un fuerte componente personal que trasciende el mero contacto profesional.
Otros beneficios evidentes del teletrabajo son la flexibilidad e inmediatez que proporciona, las cuales, a su vez, facilitan la conciliación a muchos profesionales. Por último, es digno de mención el importante descenso del impacto medioambiental que estamos experimentando estos meses. Cuatrecasas es una empresa que apuesta por la ecología y el respeto al medioambiente, y sin duda este drástico descenso de los índices de contaminación en las grandes ciudades es un punto que invita a reflexionar sobre medidas futuras.
¿Qué atributos o características considera que están siendo más relevantes para la resiliencia de los despachos durante esta crisis?
Su capacidad de adaptación, especialmente en lo relativo a la digitalización. Los despachos que han invertido en los últimos años en nuevas tecnologías y que han hecho esfuerzos por integrar nuevas formas de trabajo más flexibles, ahora pueden teletrabajar con mayor facilidad.
Respecto a la carga de trabajo, los equipos fuertes, motivados y guiados por buenos líderes pueden afrontar mejor la difícil situación que vivimos, desde varias perspectivas: la complejidad psicológica de la situación a nivel personal de cada profesional, el aumento de carga de trabajo en ciertas áreas como Derecho Laboral y el acompañamiento a los clientes en momentos de mucho estrés e incertidumbre.
¿Qué áreas o profesionales jurídicos van a enfrentarse a cambios más disruptivos? ¿Cuál considera que va a ser el impacto a largo plazo sobre su forma de trabajar y sobre la oferta de valor que proponen a sus clientes?
En mayo ya se celebraron juicios telemáticos en España. Esto es, sin duda, representativo de la enorme capacidad de adaptación de un sector hasta ahora generalmente concebido como conservador. El ámbito de los juicios es presencial por definición y, a pesar de ello, se ha logrado digitalizar. Así, que posiblemente veamos muchos cambios en el área de Litigación.
Respecto a la segunda pregunta, debemos concebir estos cambios forzados como una oportunidad: la digitalización y las nuevas formas de trabajo nos aportan más flexibilidad, inmediatez, productividad y eficiencia. Esto repercute directa y positivamente en el servicio ofrecido a nuestros clientes.
¿Estamos ante un cambio coyuntural en la forma de trabajar de los abogados, o se trata de un cambio definitivo, que ha venido para quedarse? En su caso, ¿cómo debería reflejarse ese cambio en los planes formativos de los futuros abogados?
Estamos ante una evolución que ha llegado a pasos agigantados y forzados, y al mismo tiempo ha llegado para quedarse. Retomaremos muchas de las antiguas costumbres y formas de trabajo, pero ya nada volverá a ser exactamente como antes. Hemos perdido el miedo al teletrabajo, hemos adaptado nuestros medios y hemos comprobado que podemos mantener de forma óptima el ritmo de productividad en la nueva situación. Esto significa que el teletrabajo y las nuevas tecnologías estarán aún más integrados en nuestro día a día y que la forma de trabajar será más flexible y eficiente.
En los próximos años también se verá de forma nítida la importancia de los centros de conocimiento de los despachos como entes capaces de reaccionar de forma muy rápida a los cambios legislativos y que sientan un criterio común y unificado. En Cuatrecasas lo sabíamos ya cuando decidimos reenfocar y reestructurar nuestra Área de Conocimiento e Innovación y lo hemos comprobado de forma clara también durante nuestra experiencia de trabajo en remoto.
Los planes formativos de los futuros abogados deberían incluir esta faceta digital para no quedar obsoletos. En Cuatrecasas ya lo hacemos con nuestro programa de capacitación tecnológica Digital Skills For Lawyers. No me cabe duda de que las nuevas generaciones utilizan las últimas tecnologías y tienen integrada la digitalización, por lo que no resultará difícil formarlos en las aplicaciones de estas herramientas al ámbito profesional.
¿Aumentará su inversión en tecnología a la vista del incierto futuro que plantea la pandemia (posibilidad de rebrotes, dificultades para viajar, etc.)? ¿Revisará su modelo tecnológico para aumentar su capacidad y desarrollo? ¿Qué tipo de soluciones tecnológicas considera que se han convertido en críticas, o al menos muy relevantes para el negocio legal?
Nuestra inversión en tecnología ha sido alta en los últimos diez años. Equivale prácticamente al 5% de nuestras ventas y seguirá siéndolo, igual que hasta ahora. Siempre hemos apostado por la digitalización y esta crisis ha confirmado el acierto de nuestra decisión.
En general, ha quedado evidenciado que el negocio legal debe contar con soluciones de teletrabajo y sistemas informáticos con capacidad suficiente para facilitarlo.
¿Cómo prevé que impacte la crisis económica, consecuencia de la sanitaria, en el negocio de la abogacía a corto y medio plazo?
Una crisis provoca en la abogacía de los negocios, como suele ser obvio, redistribución de encargos de trabajo entre áreas. Algunas prácticas ganan más peso en el balance de resultados y otras que destacan en tiempos de bonanza ven reducido su porcentaje de contribución a los resultados. Esto entra dentro de las previsiones. Y no nos debería preocupar mucho porque nuestra generación ya ha superado alguna que otra gran crisis económica, de la que esperamos haber aprendido. No percibo un impacto a nivel económico como el de la crisis del 2008 y sí muy posiblemente muchos cambios en el modelo organizativo de las firmas para seguir siendo más eficientes.
¿Qué medidas deberán adoptar para afrontar esos efectos? ¿Cree que habrá fusiones o integraciones de firmas?
La abogacía deberá poner en práctica seguramente muchas medidas que permitan a los despachos adaptarse a entornos mucho más inciertos y líquidos. Los abogados se verán en la necesidad de ser más versátiles para momentos de crisis. Es decir, sin que ello suponga dejar de trabajar la especialización de los equipos, será necesario mantener en todos los profesionales un «fondo de reserva» de conocimientos generales. Superar esta crisis, además, exigirá un esfuerzo colectivo y generoso de romper las estructuras preexistentes y la visión patrimonialista de los recursos de cada área, de cada grupo, de cada oficina.
Sin duda, algunos despachos deberán plantearse integraciones según cuáles sean sus áreas de negocio, para poder reajustar y reequilibrar sus volúmenes de trabajo por áreas durante los próximos meses.
Abogado del Futuro 2020 / Future Ready Lawyer 2020 |
Puedes descargarte el informe en su versión original en inglés y traducido al español en ESTE ENLACE. |