I. Introducción
¿Sería necesario un servicio de asesoramiento y ayuda a hombres en el ámbito de las relaciones afectivas, igualdad y violencia doméstica? ¿Debería tenerse en cuenta en la lucha contra las desigualdades entre hombres y mujeres y contra la violencia hacia las mujeres?
Como veremos a continuación, la tipología delictiva contra la mujer con más relevancia, es la violencia de género (en el ámbito de la pareja/ex pareja de hombre a mujer). Pero al margen de esto, respecto al total de todos los delitos en general,más del 90% son cometidos por hombres, lo que nos lleva a la conclusión de la importante necesidad de ayudar a los hombres, desde su infancia.
Afortunadamente, desde hace ya tiempo, existen tanto a nivel estatal, autonómico, local y en el tercer sector, recursos y ayudas para mujeres en casos de discriminación por razón de sexo y de violencia machista.
Ha sido evidente a lo largo del tiempo, la necesidad urgente de implantar ayudas en diferentes ámbitos y de la elaboración normativa que ofreciera una protección a las mujeres víctimas de violencia de género, doméstica y sexual, violencia por el hecho de ser mujeres como consecuencia de la dominación y control por parte de muchos hombres fruto de una educación machista histórica y de estereotipos de género desiguales, que afortunadamente va disminuyendo en general, pero que no ha desaparecido y que nunca hay que descartar que pueda aumentar o que se encubra con otras prácticas.
Los datos y estadísticas de fuentes oficiales como la Fiscalía General del Estado, la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, el Ministerio del Interior, el Consejo General del Poder Judicial, la Unión Europea, Naciones Unidas o asociaciones especializadas, entre otros, han puesto de manifiesto que las mujeres necesitaban y necesitan una especial protecciónfrente a los diferentes tipos de violencias que venían sufriendo y siguen produciéndose, así como situaciones de discriminación directa e indirecta por razón de sexo. Varias décadas atrás, la violencia, el control y la posesión de la mujer por parte del hombre, eran cuestiones normalizadas y asuntos privados (domésticos). Hoy en día se considera una violación de los derechos humanos, al igual que si se produce de mujeres hacia hombres o entre mismos sexos.
Los informes y estudios concluyen que las mujeres en el ámbito afectivo sufren mayor violencia en comparación con los hombres
Los informes y estudios concluyen que las mujeresen el ámbito afectivosufren mayor violencia en comparación con los hombres. Esto también se evidencia con la cantidad de denuncias y órdenes de protección solicitadas a favor de las víctimas mujeres y al gran número de hombres condenados por violencia de género y familiar que se encuentran en las prisiones o dependiendo de los Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas. Las denuncias falsas (al igual que en otros tipos de delitos, como por ejemplo, los falsos robos para cobrar seguros) son una minoría, como por ejemplo así arrojaron los datos de la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2020 (un 0,0069% de sentencias condenatorias por denuncia falsa).
Según el INE, el número de mujeres víctimas de violencia de géneroaumentó un 8,3% en el año 2022, hasta 32.644. Según datos del Consejo General del Poder Judicial (1) , el número total de sentencias condenatorias por violencia de género en 2022 fue de 44.191 y 12.868 (el 22,55 %), absolutorias.
Según el Estudio de reincidencia penitenciaria 2009-2019 de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, «los delitos en los que se produce una mayor reiteración entre la población reincidente son los de robos y hurtos (76,29%), contra la salud pública (42,48%) y los cometidos en el ámbito de la violencia de género (41,60%). Por debajo del 25% en la reiteración delictiva, se encuentran los delitos contra la libertad sexual (22,22%).»
La siguiente tabla muestra la población penada en centros penitenciarios, por sexo, según el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior 2021. Este destaca que en el caso de los hombres, en el año 2021 los delitos de violencia de género (4.442 hombres condenados a prisión) suponen un 10,7 % del total. Por otro lado, los delitos contra la libertad e indemnidad sexual suponen el 8,9 % del total de hombres.
En cuanto a las medidas y penas alternativas impuestas (diferentes a la prisión) por violencia de género, observamos que el número es muchísimo más elevado: 33.387.
Por ejemplo, según datos del INE, en 2022 hubo 36.161 hombres condenados en el ámbito de violencia de género.
II. Los servicios públicos de ayuda a hombres
De 2009 a 2010 se habilitó unalínea de teléfono a nivel estatal para ayudar a los hombres que lo necesitaran. El entonces Delegado de Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente (médico forense y experto en violencia de género), explicó «lanecesidad de implicar a los hombres en el desafío para avanzar en igualdad». Pero este servicio finalmente desapareció, según se informó, además de por las críticas al coste que generaba, porque la mayoría de las llamadas eran de hombres molestos con la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres de 2003 y con los derechos alcanzados por las mujeres (2) . Ese resultado, en mi opinión, no hizo más que recalcar el machismo aún existente y la falta de conciencia social de donde está una de las claves de la erradicación de la violencia.
En marzo del 2018, se incluyó en el serviciode la línea de teléfono estatal016 (línea de información y asesoramiento dirigida a mujeres víctimas de violencia de género de la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género) el asesoramientotambién a hombres sobre custodia compartida, igualdad y divorcio (3) . Pero fue muy criticado por determinados sectores sociales y políticos (4) por considerar que esa línea debería ser solo para llamadas de ayuda a las mujeres víctimas.
¿Cuándo será el momento oportuno para que este tipo de servicios sean realmente útiles y no se tomen a cachondeo o sean criticados?
El Convenio Europeo de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica de 2011 (ratificado por España en 2014) instó a los Estados miembros a que tuvieran en cuenta en sus legislaciones la protección y prevención de todo tipo de violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujeres. Como consecuencia, actualmente este servicio 016 (telefónico, WhatsApp y correo electrónico), y otros recursos, está destinado al asesoramiento e información para casos de víctimas de violencias contra la mujer (no solo del ámbito de la violencia de género conforme a la LO 1/2004 (LA LEY 1692/2004)), como la violencia sexual, con el fin de conocer acerca de los recursos a los que puede acceder la víctima en cada caso concreto. Para casos de delitos de trata de mujeres y explotación sexual, existe un teléfono y correo electrónico específico del Ministerio del interior.
Por otra parte, en el ámbito penitenciario, a los condenados a prisión por violencia de género, violencia familiar y violencia sexual, se les ofrecenprogramas de tratamiento específicos a su etiología delictiva y necesidades criminógenas por imperativo legal. No obstante, la aceptación de estos por el condenado es voluntaria, pero su participación favorable se tiene en cuenta de cara a la concesión de beneficios penitenciarios y clasificación penitenciaria, conforme a la normativa existente (LO 1/1977 General Penitenciaria, LO 1/2004 (LA LEY 1692/2004) de medidas de protección integral contra la violencia de género, LO 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual (LA LEY 19383/2022)).
Los programas tratamentales y talleres formativos solo son obligatorios cuando la autoridad judicial los impone en determinados tipos delictivos
Los programas tratamentales y talleres formativos solo son obligatorios cuando la autoridad judicial los impone en determinados tipos delictivos (y muchas veces es opcional su imposición) al condenado a través de: 1) la pena o medida alternativa de trabajo en beneficio de la comunidad (TBC), 2) a través de la regla de conducta de participar en programas formativos en una suspensión de condena, 3) o a través de una obligación que forme parte de la medida de seguridad de libertad vigilada (que puede ser postpenitenciaria).
Se ha estudiado que quienes realizan estos programas (5) de manera satisfactoria reinciden menos (en un plazo de 2-5 años) que quienes no los realizan o no los acaban con resultados positivos a juicio del terapeuta.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que existen casos de hombres que solicitan ayuda, por ejemplo, después de haber cumplido condena por violencia en el ámbito afectivo para que no les vuelva a ocurrir, hombres que solicitan asesoramiento en temas de pareja, custodia y divorcio.
Para el caso de hombres del colectivo LGTBI, al margen del tercer sector, sí existe un servicio público estatal de asesoramiento y de ayuda en materia de lgtbifobia, pues se puso en funcionamiento la línea de teléfono 028 por el Ministerio de Igualdad en 2023.
III. La educación preventiva
La correcta educación a tiempo, las políticas públicas adecuadas y la concienciación social son armas preventivas no solo para evitar que las personas cometan conductas delictivas o desviadas, sino también para aprender a manejar adecuadamente las emociones, garantizar la igualdad y para que el desarrollo de sus vidas sea lo mejor posible. Son muy importante los valores que se transmiten de progenitores a hijos/as, el ejemplo que se da entre grupos de amigos o los referentes que aparecen en los medios de comunicación, internet y redes sociales. No olvidemos que hoy en día el social media se ha llegado a considerar el «cuarto poder».
Aunque es sabido que la violencia tiene un origen multifactorial, muchos hombres no han recibido la educación adecuada para evitar conductas desadaptativas, muchos no han tenido otras personas referentes que les hayan ayudado a desarrollar, por ejemplo, la empatía, las habilidades emocionales y la resolución de conflictos sin violencia. Muchos han desarrollado su personalidad en ambientes desestructurados o violentos, han sido víctimas a su vez de otras violencias o de la estructura patriarcal que les ha hecho considerar a la mujer como algo de su propiedad, como un objeto o como un ser inferior, incluso a nivel inconsciente (también muchas veces las propias mujeres). Hay quienes consideran que en muchos hombres se produce una especie de «desocialización» en la que no saben en qué posición se encuentran, sienten su ego atacado o sienten miedo a perder el poder, con problemas para aceptar que sea una mujer quien, por ejemplo, pueda darles lecciones, críticas constructivas o que tengan una situación laboral superior a la suya.
Otros mezclan su comportamiento con determinadas adicciones a sustancias, aumentando así el riesgo violento cuando se tiene predisposición genética a ello. Y otros han sufrido una estricta educación paternal o han vivido experiencias que les hace reprimir sus emociones o desarrollar enfermedades o trastornos de la personalidad no diagnosticados a tiempo (trastorno narcisista, trastorno antisocial, conductas obsesivas, celotipia, trastorno de control de impulsos, conducta sexual desviada, etc.), que pueden incidir en diferentes tipos de violencia (psicológica, sexual, física, de control, digital…). En todo ello influye el concepto de masculinidad tradicional tóxica, en la que se atribuye al rol de género masculino una falta de autocuidado por considerarlo, igual que la expresión emocional, como algo propio de la mujer en sentido despreciativo (fruto de esa visión machista sobre la mujer). Así, dicha masculinidad hegemónica produce, entre otras cosas, que los hombres estén sobrerrepresentados en número en ámbitos como el suicidio consumado, muertes por accidentes de tráfico o violencia entre hombres.
Invertir, concienciar y prevenir en salud mental también es esencial para prevenir la delincuencia en general.
Hay hombres que no tienen la información suficiente para saber cómo canalizar sus frustraciones, cómo gestionar sus emociones o cómo resolver sus problemas personales. Muchos no se atreven ni a preguntar a una persona experta en psicología o psiquiatría, piensan erróneamente que eso les hace más vulnerables (en sentido peyorativo), que ellos «son fuertes» y pueden solos, cuando es todo lo contrario: quien es consciente de un problema que está sufriendo o de que su comportamiento causa sufrimiento a sí mismo y a su alrededor (como a las mujeres) y se pone en manos de un profesional, es una persona fuerte y valiente.
Y es que las investigaciones han evidenciado que es en la infancia cuando se empiezan a construir todos estos estereotipos, el tipo de gestión emocional a la hora de resolver situaciones y cómo conciben el concepto de masculinidad. Estos niños serán después adultos que, en función de cómo hayan sido educados emocionalmente sobre todo, y de las experiencias vividas, actuarán adecuada o inadecuadamente en sus relaciones interpersonales y con la sociedad en general. Produciendo a su vez una cadena de referentes, un «efecto mariposa», una repercusión emocional en otras personas con las consecuencias que conlleve, a veces, irreversibles.
IV. Si un hombre solicita ayuda, ¿dónde puede acudir?
Por una parte, para asesoramiento e información, puede acudir a los servicios sociales de la zona de su residencia. Y en el caso de que fuera menor de edad, existe por ejemplo, la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo).
Además, existen asociaciones y ONG que ofrecen información y ayuda, algunas en base al concepto de nuevas masculinidades (deseo de muchos varones de crear y vivir en una sociedad igualitaria), que al final del artículo mencionaré, así como Círculos de Hombres en distintas regiones.
Por otra parte, a nivel estatal, el Instituto de las Mujeres, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Igualdad a través de su Secretaría de Estado, recibe y canaliza en el orden administrativo las quejas formuladas en casos concretos dediscriminación de hecho o de derecho por razón de sexo, asistiendo de manera independiente a las víctimas de discriminación por este motivo para que tramiten sus reclamaciones. Y la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género ofrece información sobre la violencia contra las mujeres.
También existen los organismos de igualdad y asesoramiento de las comunidades autónomas o de los municipios, y los Servicios de Orientación Jurídica de los Colegios de Abogados de cada provincia.
En el caso de que un hombre fuera víctima de violencia doméstica o familiar (cuando el agresor/a es la pareja/expareja o un familiar, conforme al artículo 173.2 y otros preceptos del Código Penal (LA LEY 3996/1995)) puede acudir a la Policía Nacional, a la Guardia Civil o Juzgados de su zona de residencia. Incluso puede solicitar una orden de protección conforme a la Ley 27/2003, de 31 de Julio (LA LEY 1305/2003), reguladora de la Orden de Protección de las víctimas de la violencia doméstica.
Existen también las Oficinas de Asistencia a las Víctimas de Delitos de la Administración de Justicia o de las comunidades/ciudades autónomas (reguladas por la Ley 35/1995 (LA LEY 4202/1995) de ayudas y asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual) donde prestan asesoramiento jurídico, psicológico y social.
V. Conclusión y servicios de ayuda y asesoramiento a hombres
Toda la sociedad debe comprenderque, para erradicar la desigualdad y la violencia contra las mujeres, es también primordial trabajar con hombres, tanto condenados como no condenados. Que los fondos públicos deben destinarse a fortalecer la protección de las mujeres víctimas y sus hijos/as, pero también a prevenir la violencia en todas sus formas, evitar que los condenados vuelvan a hacer daño a sus víctimas y a otras futuras, previniendo con ello también que sean modelo dañino de referencia para sus familiares y allegados.
Ahora bien, solo cambia quien quiere cambiar y, por tanto, quien es consciente del problema. Por ejemplo, cuando no se pueda conseguir un cambio favorable en personas condenadas, se tendrían que utilizar medidas de control efectivas permanentes hasta que su cognición y conducta realmente hayan cambiado y evitar así la reincidencia delictiva. No obstante, hay que tener en cuenta que cuando se trata de una persona «psicópata/sociópata» (con trastorno antisocial de la personalidad) es difícil que cambie (o imposible).
A las mujeres hay que ayudarlas y empoderarlas para que sepan distinguir la discriminación y el potencial maltrato a tiempo, así como para una recuperación integral en el caso de ser víctimas y ofrecerles recursos para salir de esa violencia.
Pero, al margen de la delincuencia, también es fundamental ayudar a los hombres que necesiten asesoramiento o tratamiento para evitar que sus emociones se desborden, para cambiar sus patrones tóxicos de pensamiento, para que entiendan la desigualdad inculcada que en muchos casos han podido aprender incluso de forma inconsciente, para que desarrollen aquellas habilidades que les lleven a relaciones saludables y equitativas, para adaptarse a la evolución en igualdad de derechos de la mujer, para ayudar a hombres y mujeres que quedan traumatizados por experiencias afectivas previas negativas (o familiares), porque de lo contrario se pueden convertir en personas misóginas.
El hecho de ser «hombre» no significa que no necesite ayuda, pues precisamente, esta es la trampa de la masculinidad tóxica tradicional.
A continuación, expongo un listado de algunas de las Asociaciones y ONG que ayudan y asesoran a hombres en España, las cuales trabajan en algunos casos también con servicios públicos autonómicos competentes en materia de igualdad, y varios de estos servicios:
- Red MenEngage
- Asociación de hombres por la igualdad de género (AHIGE)
- Masculinidades Beta
- Fundación Iniciativa Social
- Círculos de Hombres
- Red hombres por la igualdad
- Fundación Aspacia
- Red de Hombres por la Igualdad Granada
- Espacio de hombres por la Igualdad Jaén
- Observatorio Masculinidades Universidad Miguel Hernández de Elche
- Organización Nacional de Hombres contra el Sexismo (internacional).
- Servicio de Atención a los Hombres (SAH) del Programa Plural del Ayuntamiento de Barcelona.
- Servicio de atención psicológica para hombres del Gobierno de Aragón.
- Abramos o Círculo. Programa para homes con problemas de control de violencia de la Xunta de Galicia.
- Entidades colaboradoras con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (y cómo colaborar como entidad).
- Mapa de recursos para el colectivo LGTBI